Quizás le haya pasado alguna vez: esperar en un comercio o en un local de hostelería a que alguien aparezca para cobrar. ¿Cuánto tiempo es razonable aguardar para hacer el pago? Una situación de este tenor la resolvió un motorista que paró en una gasolinera de Redondela yéndose sin pagar. El «simpa» le costó un proceso judicial no exento de curvas, pero que ha acabado a su favor: la Sección Quinta de la Audiencia Provincial, con sede en Vigo, no ha visto el delito leve de estafa que sí le impuso el juzgado de instancia.
Los hechos ocurrieron la tarde de un sábado de septiembre del año pasado. El hombre paró en la estación de servicio y, aunque en ese horario no está permitido, se echó gasolina por valor de 19 euros. Al acabar, con la cartera en la mano, aguardó a que alguien le atendiese sin que llegasen otros clientes. Tras entre 30 segundos y un minuto —según una trabajadora— o tres minutos —según otra—, arrancó la moto y se fue.
El Juzgado de Instrucción n.º 2 de Redondela consideró que este comportamiento se corresponde con un delito leve de estafa, de modo que le impuso una condena de 40 días de multa a razón de cuatro euros diarios (160 euros), y el pago de los 19 euros de gasolina en concepto de responsabilidad civil.

Surtidor de gasolina / XOAN ALVAREZ / FDV
Los magistrados de la Audiencia, sin embargo, han hecho una interpretación distinta de los hechos. La clave de su sentencia es que, a su entender, el motorista no llegó a la gasolinera con la intención de marcharse sin pagar. En caso de que hubiese esa premeditación, sí que sería un ilícito penal, pero sin ella, sería de naturaleza civil y, por tanto, ajeno a este procedimiento.
Las trabajadoras dejaron hacer
El fallo se centra en la actuación de las trabajadoras. Las dos estaban en el interior del local limpiando y, aunque vieron cómo se abastecía fuera del horario de autoservicio, ninguna salió a recriminarle ni a informarle de que no estaba permitido. «Ambas deixaron facer e agardaron a que o motorista entrara dentro a pagar», relatan los togados. La denunciante explicó en el juicio que muchos clientes que pagan en efectivo lo hacen fuera.
«Non abandonou correndo o lugar, o cal denotaría unha evidente vontade de aproveitarse de xeito indebido. O cliente agardou durante un tempo prudente, e, durante este tempo, ben por enfado ou por calquera outro motivo, ao ver que ninguén o atendía e que non había tampouco outros clientes que xustificaran o retraso en saír a atendelo, decidiu marchar», expone la sentencia.
Aunque los magistrados matizan que la decisión de irse no es conforme a derecho, no evidencia una voluntad inicial y previa de engañar, sino que fue una accion sobrevenida. «Non existe proba de que o denunciado, con ánimo de lucro, quixese facer pasarse por cliente para deste xeito lograr que as traballadoras lle deixasen botar gasolina co que obtivo un beneficio indebido», concluye.
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Enlace de origen : Absuelto un motorista por un «simpa» en una gasolinera de Redondela: se fue tras esperar a que le atendiesen