
El expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha sido imputado con cargos penales por un gran jurado en Nueva York por los pagos que hizo antes de las elecciones presidenciales de 2016 para silenciar las alegaciones de una relación sexual de la estrella porno Stormy Daniels. El empresario inmobiliario se ha convertido así en el primer mandatario del país que enfrentará cargos penales en la historia.
Aunque los cargos aún no se han hecho públicos, la votación del gran jurado ya está en manos del fiscal de distrito de Manhattan, Alvin Bragg, según han reportado numerosos medios estadounidenses citando fuentes anónimas.
Como ha sido habitual en toda la carrera política de Trump, su imputación mete a Estados Unidos en terreno desconocido. Y no solo por ese factor histórico, sino porque el republicano es también desde noviembre candidato oficial para buscar la nominación presidencial de su partido para 2024. Y las aguas políticas se han puesto tormentosas. Una vez más.
El corazón del caso
En el centro del caso que dirige Bragg están los pagos a Daniels. Aunque los realizó Michael Cohen, entonces abogado personal de Trump, luego al letrado se le reembolsaron los 130.000 dólares. Y para hacer los pagos y el reembolso supuestamente se falsificaron documentos, algo que combinado con una posible violación de leyes de financiación de campaña elevaría la gravedad del delito.
Esa combinación de leyes sobre la que se basa la imputación de Trump, que podría conllevar un castigo máximo de cuatro años de cárcel pero que no implicaría necesariamente encarcelamiento, es novedosa. Nunca antes una fiscalía la ha usado en un caso. Y eso es algo que hace que algunos expertos legales vean el potencial de problemas para conseguir una condena de Trump.
Otros casos
El de Nueva York no es, de todas formas, el único caso que enfrenta Trump, ni puede que el más grave. El expresidente también podría ser imputado en Georgia, donde un gran jurado especial ha estudiado si él y su equipo interfirieron en las presidenciales de 2020 para tratar de revertir en ese estado los resultados legítimos, que dieron la victoria a Joe Biden. Ese gran jurado especial ya hizo sus recomendaciones de imputaciones a la fiscalía, que es la que debe presentar los cargos, pero este mismo lunes los abogados de Trump han intentado que se paralice el proceso.
Además, un fiscal especial designado por el Departamento de Justicia, Jack Smith, estudia el manejo irregular de documentos clasificados que Trump pudo realizar una vez que abandonó la Casa Blanca, un caso en el que el FBI llegó a realizar un registro en su residencia privada en Mar-a-Lago. Smith también lleva a cabo una investigación del asalto al Capitolio y el papel que pudo jugar Trump en aquella insurrección (algo por lo que ya fue sometido a un juicio político, su segundo ‘impeachment’, del que como en el primero fue exonerado gracias a los votos en el Senado de los republicanos).
Frente a la justicia civil, el empresario inmobiliario está también en la diana de un caso en Nueva York sobre prácticas potencialmente fraudulentas de la Organización Trump.
Tensión
Los tambores sobre una potencial imputación de Trump por los pagos a Daniels llevaban sonando 21 días, desde que se supo que el demócrata Bragg había invitado a Trump a testificar ante el gran jurado que ha estado estudiando el caso y ha determinado los cargos (el expresidente rechazó esa invitación). Hace dos semanas se supo que fuerzas del orden se preparaban para la posible presentación de cargos y el propio Trump hace dos sábados colgó un mensaje en su red social asegurando que sería detenido “el martes” siguiente y llamando a sus seguidores a “protestar” y “recuperar la nación”. Desde entonces la tensión ha sido máxima.
Se ha disparado también la batalla política. Y numerosos republicanos, del presidente de la Cámara Baja Kevin McCarthy al gobernador de Florida, Ron DeSantis, se han sumado a las acusaciones de Trump de que se trata de una persecución politizada, señalando con particular vitriolo a Bragg. Tres conservadores que gracias al control republicano de la Cámara Baja presiden comités enviaron una carta al fiscal demócrata instándole a comparecer esta semana y a entregar documentos.
El expresidente también había usado ya antes de la imputación el caso para movilizar a sus seguidores y buscar recaudar más fondos. Una vez más, vuelve a alimentarse de su momento bajo los focos. Y según algunos estrategas y analistas, toda la atención podría beneficiarle al menos a corto plazo en la lucha de primarias del Partido Republicano.
Enlace de origen : Donald Trump, primer expresidente de EEUU imputado por lo penal