El deshielo de los lagos árticos por el calentamiento global liberará mucho más metano del que se pensaba

Burbujas de metano, un gas invisible pero devastador, escapan de los lagos árticos hacia la atmósfera. Una circunstancia que el calentamiento en el Ártico podría aumentar de manera significativa, lo que a su vez aceleraría aún más el cambio climático global. Un círculo vicioso. Y muy peligroso.

Un estudio internacional revela la relación entre el aumento de la productividad biológica (la presencia de seres vivos) en esos ecosistemas acuáticos, que se ve impulsada por temperaturas más cálidas y mayores precipitaciones, y una mayor generación de metano, un potente gas de efecto invernadero con una capacidad de calentamiento más de 25 veces mayor a la del dióxido de carbono.

Los lagos árticos son ya una fuente natural significativa de metano a escala mundial, pero los mecanismos que controlan su producción y liberación desde los sedimentos permanecían poco claros hasta ahora. La investigación, publicada en el ‘Journal of Geophysical Research: Biogeosciences’ y liderada por Marie Bulínová, analizo minuciosamente 10 lagos distribuidos entre el archipiélago de Svalbard y la región subártica de Escandinavia.

Los efectos del calor y la humedad

El trabajo se centró en cuantificar el flujo difusivo de metano –el proceso por el cual este gas pasa desde los sedimentos del fondo hacia la columna de agua y, finalmente, a la atmósfera– y en identificar las profundidades y los factores ambientales clave que controlan su producción.

Un grupo de investigadores en el lago Wax Lips, en el noroeste de Groenlandia.

Un grupo de investigadores en el lago Wax Lips, en el noroeste de Groenlandia. / Alex P. Taylor

Los resultados fueron reveladores: la producción de metano en los sedimentos lacustres es más intensa en aquellos lagos con más productividad biológica, caracterizados por una mayor abundancia de algas, plantas acuáticas y vegetación terrestre en sus márgenes, así como los que tienen profundidades menores.

“Nos sorprendió lo claramente que la productividad del ecosistema estaba vinculada a la producción de metano”, indica Marie Bulínová. “Nuestros resultados muestran que condiciones más cálidas y húmedas aumentan la productividad biológica en los lagos árticos, lo que a su vez impulsa las emisiones de metano desde sus sedimentos”, añade.

Una paradoja climática

Este hallazgo apunta a una paradoja climática: el ‘enverdecimiento’ del Ártico, a menudo percibido como un efecto positivo del calentamiento global, podría estar alimentando una peligrosa retroalimentación, al incrementar la liberación de metano.

Un aspecto capital identificado en el estudio es que la mayor parte de la producción de metano ocurre dentro de los primeros 10 centímetros de sedimento. Esta capa superficial, rica en materia orgánica fresca derivada de la productividad reciente del lago y su entorno terrestre, combinada con una actividad microbiana intensificada por el calentamiento, crea condiciones ideales para la generación del gas de origen biogénico.

La zona donde se realizó el submuestreo de metano, junto al lago Jodavannet, Wijdefjorden, Svalbard.

La zona donde se realizó el submuestreo de metano, junto al lago Jodavannet, Wijdefjorden, Svalbard. / Marie Bulínová

Para situar los hallazgos en un contexto global, el equipo comparó sus datos con más de 60 estimaciones publicadas de flujos de metano en lagos que abarcan desde el Ártico hasta los trópicos. Este análisis comparativo confirmó que, si bien los flujos de metano de lagos árticos individuales son generalmente menores que los de sus contrapartes tropicales o templadas, su contribución global es significativa debido a la gran cantidad de lagos que salpican la zona ártica.

Algas y plantas acuáticas

La variabilidad entre lagos árticos es además enorme. “Uno de los aspectos más llamativos de este trabajo es qué diferentes son los lagos árticos entre sí. Unos liberan mucho más metano que otros, dependiendo de factores locales como la cobertura vegetal, la forma del lago o la composición del sedimento. Por eso es esencial estudiar una amplia gama de tipos de lagos si queremos comprender el papel del Ártico en las futuras retroalimentaciones climáticas”, expone Bulínová.

La variabilidad observada llevó a los investigadores a desarrollar modelos predictivos utilizando técnicas de aprendizaje automático. El objetivo era identificar los factores más importantes que impulsan las emisiones de metano a través de diferentes biomas.

Estos modelos reforzaron la conclusión central del estudio: las condiciones que promueven la producción y deposición de carbono orgánico autóctono (generado dentro del propio lago, principalmente por algas y plantas acuáticas) en los lagos árticos son el motor principal de la producción de metano en los sedimentos y su posterior difusión hacia la columna de agua.

El Ártico seguirá ‘enverdeciendo’

A escala global, para lagos pequeños, los determinantes clave del flujo de metano fueron también las variables climáticas (temperatura y precipitación) que favorecen la productividad del ecosistema, junto con la morfometría del lago (profundidad, tamaño, forma), la cual introduce una importante variabilidad regional en las estimaciones.

A medida que las temperaturas aumentan y las estaciones de crecimiento se alargan, se prevé que el paisaje ártico continúe ‘enverdeciendo’ y que sus lagos se vuelvan más productivos biológicamente.

Anders Schomacker vigila a los osos polares mientras supervisa a Marie Bulínová y a Alexandra Rouillard, que extraen núcleos de sedimentos lacustres desde una pequeña embarcación en Wijdefjorden, Svalbard.

Anders Schomacker vigila a los osos polares mientras supervisa a Marie Bulínová y a Alexandra Rouillard, que extraen núcleos de sedimentos lacustres desde una pequeña embarcación en Wijdefjorden, Svalbard. / Willem van der Bilt

Los hallazgos sugieren que esta mayor productividad podría traducirse directamente en un incremento sustancial de las emisiones de metano. El trabajo subraya la necesidad de incorporar las emisiones de los sedimentos lacustres en los cálculos de gases de efecto invernadero del Ártico, que a menudo han sido subestimadas en modelos climáticos globales.

“El Ártico está cambiando rápidamente, y necesitamos comprender todas las retroalimentaciones involucradas. Nuestro trabajo sugiere que los aumentos en la productividad del ecosistema, algo que podríamos pensar como positivo, también pueden aumentar la liberación de metano y acelerar aún más el calentamiento“, advierte Bulínová.

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