
Moncloa admite “tiempos duros” para la mayoría de investidura, de cuyo apoyo depende la supervivencia del Gobierno tras el estallido del caso Cerdán. De entre los socios de Pedro Sánchez, el tono más duro ante la “imagen desgarradora” de la entrada en prisión del ex secretario de Organización vino precisamente de dentro del Consejo de Ministros. La vicepresidenta segunda y líder del espacio de Sumar en la coalición, Yolanda Díaz, censuró la falta de contundencia de la que hace gala la parte socialista del Ejecutivo a la hora de responder a esta presunta trama de corrupción y avisó que se debe encarar “sin paños calientes”. “España tiene un problema político y no se puede mirar para otro lado”, conminó. Fuentes de Moncloa atribuyen estas “palabras gruesas” a la coyuntura por el hecho de que el hasta hace poco más de dos semanas persona de la máxima confianza de Pedro Sánchez esté ahora entre rejas, pero intentan empatizar con el “dolor que se expresa” y destacar que comparten una misma hoja de ruta.
Este miércoles se reunirán PSOE y Sumar, en el marco de la comisión de seguimiento del acuerdo de coalición, y los socialistas anticipan que saldrán con acuerdos sobre las medidas que anunciará Sánchez en su comparecencia monográfica del próximo 9 de julio en el Congreso. “Compartimos un ADN similar”, explican confiados. Eso sí, entienden que la concatenación de golpes no ayuda. “Sabemos que ahora para ellos es más difícil”, reconocen refiriéndose al resto de socios parlamentarios para confiar en que cada uno tiene que gestionar sus tiempos.
Su mensaje sigue siendo el de la falta de alternativa, principalmente por la necesidad del PP de apoyarse en Vox. Algo que quedó claro en la fracasada ronda de contactos del portavoz de los populares, Miguel Tellado, a los grupos parlamentarios para calibrar si había fisuras tras la decisión del juez Leopoldo López de enviar a prisión a Santos Cerdán por delitos de integración en un grupo criminal, cohecho y tráfico de influencias. De ahí que les trasmitan que “somos conscientes del problema, pero la solución no es tirar la toalla”.
Conscientes de que la alternativa a su Gobierno actúa como pegamento, los socialistas inciden en que dar un paso atrás sería caer en la “trampa” de Feijóo. Frente al intento de la oposición de “crear un clima de insostenibilidad” para hacer ver que “no merece la pena”, en Moncloa se aferran a “seguir haciendo política social”. Para que cuando se abran las urnas, añaden, se vote en base a una hoja de servicios “con normalidad democrática”.
Las comparaciones con el president de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, son recurrentes. Tanto para deslegitimar la petición de adelanto electoral por parte de Feijóo cuando se opone a lo mismo tras la gestión de la dana, como para achacar que el clima destituyente que busca alentar la oposición no permearía en la calle. Agarrándose a las últimas encuestas privadas, cifran su caída en 1,6 puntos, sin trasvase entre bloques, lejos del hundimiento que los sondeos atribuyen a Mazón.
La portavoz del Gobierno, Pilar Alegría, reiteraba este martes tras el Consejo de Ministros las palabras de “perdón” porque “le dimos la confianza a una persona que no la merecía”. Sin embargo, subrayaba en contra del criterio de los socios que han actuado con contundencia desde que se conoció el demoledor informe de la UCO de la Guardia Civil sobre Santos Cerdán. En el Gobierno intentaban despejar asimismo cualquier sospecha de financiación irregular del PSOE, una línea roja para el sostén parlamentario del Gobierno.
Ni cuestión de confianza ni congreso extraordinario
“Las cuentas del PSOE están chequeadas y no tienen ninguna tacha”, concluía Alegría en respuesta al juez del caso Cerdán. En su auto para enviar a prisión al ex secretario de Organización apuntó a “la idea de que más personas, físicas o jurídicas, además de los señores Ábalos, García y Cerdán, pudieran haberse lucrado con las tan mencionadas adjudicaciones, eventualidad que, desde luego, no puede ser descartada en este momento”. En el Gobierno entonan el ‘mea culpa’ y se hacen cargo de las dificultades en las que han puesto a sus socios, pero descartan salidas que pasen por la dimisión de Sánchez o un adelanto electoral.
Más allá del cambio de nombres y reformas estructurales que se decidan tomar en el comité federal del PSOE de este próximo sábado, a nivel parlamentario en el Gobierno también cierran la puerta a someterse a una cuestión de confianza para calibrar la legitimidad del Ejecutivo. A pesar de que se dicen con la confianza de la mayoría de la Cámara, apuestan por limitarse a visibilizarla en la comparecencia de Sánchez en el Congreso. La misma lógica que se sigue de cara al comité federal. Un ministro del núcleo duro de Pedro Sánchez asegura que tanto en las ejecutivas provinciales como regionales se ha trasladado de forma generalizada un mensaje de “máximo apoyo”, pero cierra la puerta a un congreso federal extraordinario para ratificar el liderazgo de Sánchez.
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Enlace de origen : El Gobierno intenta aplacar a sus socios: “Somos conscientes del problema, pero la solución no es tirar la toalla”