El mercadillo regresa a Vincenti con quejas por falta de espacio tras la peatonalización

La rehabilitación del frente marítimo de Cangas en el año 2000, que financió Portos de Galicia con 181 millones de pesetas (1,09 millones de euros), obligó entonces a trasladar el mercadillo ambulante de los viernes que se celebraba en el llamado «aterrado» a la calle Eduardo Vincenti, en el entorno de la «alameda vella». Un cuarto de siglo después, ese nuevo emplazamiento también ha sido objeto de remodelación, para ser peatonalizado por una cuantía casi idéntica (1.032.000 euros, financiados principalmente por la Diputación), y más de una treintena de puestos tuvieron que «exiliarse» en los jardines de O Sinal los últimos siete meses. Ayer regresaron a Vincenti para reunificar el mercadillo, sin incidencias graves pero con numerosas quejas por falta de espacio, ya que jardineras, farolas y mobiliario urbano se «comen» parte de la superficie que tienen concedida para sus puestos por el Concello, a pesar de que faltaron algunos comerciantes que priorizaron el mercadillo de Ponte Caldelas. También se escucharon críticas por el «mal estado y suciedad» de algunos elementos recién estrenados, principalmente las grandes jardineras de acero cortén que desprenden óxido y residuos sobre el pavimento de piedra y «ensucian el género».

G.Núñez |

G.Núñez |

«Van a durar menos aquí estos almatrostes que nosotros», pronosticaba a media mañana una vendedora de textil en un tono entre el enfado y la amenaza. Otros compañeros explicaban que la presencia de esos elementos les obliga a montar los puestos por delante de ellos para poder esquivarlos, lo que achica el espacio del mercadillo y reduce la superficie teóricamente disponible, impidiendo además que pueda haber dos furgonetas en paralelo para las tareas de carga y descarga y ralentizando la entrada y salida a primera y última hora de la mañana. Las farolas, añaden, obstaculizan la instalación de toldos y lonas, «y cuando lleguen las lluvias caerán por el mástil hacia el interior», describe uno de los afectados, aunque varios comerciantes concluyen que, «aún así, es mejor volver aquí que quedarnos en la alameda nueva».

El mobiliario urbano interfiere entre los puestos. | |

El mobiliario urbano interfiere entre los puestos. | |

Entre el vecindario también hay división de opiniones. En general, el comercio y la hostelería celebran la peatonalización y el regreso del mercadillo porque «atrae clientela», dice el titular de un local próximo, mientras algunos residentes ponen reparos: «Ya avisamos de que faltan árboles en lugar de macetas, y que tanta piedra y hierro convierten esto en un asador cuando pega el sol. Peatonalización, sí, pero con más planificación y diálogo con la ciudadanía», remacha una vecina de un inmueblo colindante con la Praza do Arco.

G.Núñez |

G.Núñez |

«Adecuación do entorno portuario de Cangas», se tituló aquella actuación del año 2000 con el objetivo de conectar la zona del puerto con la alameda nueva e implicó trasladar el mercadillo. El BNG, entonces en la oposición, lo cuestionó por eliminar plazas de aparcamiento en el «aterrado» y el entorno del kiosco meteorológico. Las tornas han cambiando en este cuarto de siglo y hoy la alcaldesa de Cangas, la nacionalista Araceli Gestido, presidirá la «humanización» de Vincenti con el presidente de la Diputación, Luis López.

Suscríbete para seguir leyendo

Enlace de origen : El mercadillo regresa a Vincenti con quejas por falta de espacio tras la peatonalización

OBTENGA UNA MUESTRA GRATUITA

La contactaremos lo más rápido posible.