La tormenta de pedrisco que ayer descargó en varias comarcas de Valencia y Castellón causó devastadores destrozos en los cultivos (unas 20.000 hectáreas), algunos de los cuales estaban a las puertas de su recolección. Según una primera estimación de urgencia avanzada por la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-Asaja), el temporal provocó 40 millones de pérdidas tras castigar, con afecciones de hasta el 100% de la cosecha, más de 15.000 hectáreas de viñas, cítricos, caquis, aguacates, almendros, olivar, arroz y hortalizas como alcachofas , según informa el responsable de seguros agrarios de AVA-Asaja, Isidro López.
Los daños son cuantiosos en las cepas vitivinícolas y los citados frutales. La tormenta, en forma de piedra y viento, también ha afectado gravemente a la comarca de Camp de Turia, principalmente en las localidades de Vilamarxant, Pobla de Vallbona, Benissanó y Benaguasil, produciendo graves daños en los cultivos cítricos y hortícolas, según fuentes de Coag. La tormenta ha sido tan fuerte, que en muchos casos ha producido daños en las propias cepas, destruyendo las yemas que tienen que dar la madera para la cosecha del próximo año. Esto, junto a la debilidad que vienen arrastrando los viñedos esta campaña por la brutal sequía padecida, hace peligrar la cosecha de la próxima campaña.
Por su parte, la Unió Llauradora informa que las tormentas de ayer acompañadas de lluvia, pedrisco y en algunos casos también viento afectaron a un radio de más de más de 22.000 hectáreas de cultivo y unas pérdidas estimadas en una primera evaluación de urgencia de más de 43 millones de euros. Según la organización que lidera Carles Peris, una de las consecuencias principales de estas tormentas es que las cosechas previstas en la mayor parte de cultivos ya estaban mermadas por los efectos de la meteorología adversa de los últimos meses y ahora todavía lo estarán más con los de ayer y los que se esperan a mitad de esta semana ante la previsión de una nueva DANA.
Comarcas afectadas
En Utiel-Requena la superficie afectada es de unas 8.000 hectáreas (con 12 millones de euros de pérdidas), 6.000 ha en Camp de Túria , con daños en cítricos y caquis y unas pérdidas estimadas de 25 millones de euros. El temporal también golpeó con fuerza en el Camp de Túria, sobre todo en los términos de Benaguasil y la Pobla de Vallbona, así como en Llíria, Benisanó, Vilamarxant, Bétera, Olocau y Nàquera.
Otros territorios
En Camp de Morvedre, la Plana Baixa y la Ribera también son territorios afectados, que afectan a unas 1.000 hectáreas. Estos daños están cubiertos por seguros agrarios para aquellos productores que tienen contradas pólizas con estas coberturas financieras, por lo que las organizaciones agrarias recomiendan contactar con Agroseguro.
La Unió Llauradora y AVA-Asaja solicitan a las distintas administraciones la puesta en marcha de medidas fiscales dirigidas a aliviar las graves pérdidas económicas de los agricultores que han sufrido siniestros en sus explotaciones a causa de este nuevo temporal. Por su parte, UPA pide ayudas directas, exención de impuestos y aumentar el apoyo de la administración al seguro agrario para fomentar la contratación.
Según la Unió, en aquellos lugares donde no afectó el pedrisco, las lluvias son positivas y sirven para paliar el estrés hídrico en algunos cultivos de secano como las viñas, almendros, olivar y algarrobos, así como para los cultivos de regadío donde permitirá ahorrar en riegos, limpiar los árboles ante la amenaza de posibles plagas y recargar acuíferos y embalses ya bastante mermados. Para la ganadería servirán para regenerar los pastos y evitar así el aumento de los costes por los piensos para alimentación de los animales.
La Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos ha pedido a la Agencia de Información y Control Alimentarios (AICA) que actúe de oficio y realice una campaña exhaustiva de inspecciones sobre los contratos de compra-venta de uva de vinificación presentados por las grandes bodegas de referencia, ya que según sus cálculos los viticultores afrontan pérdidas de hasta 1.200 euros por hectárea en la cosecha más corta y cara de la última década.
Obviando la incuestionable subida de los costes de producción para el viticultor y la reducción de cosecha prevista, (la más baja de los últimos 10 años tal y como se observa en el gráfico), los precios de la uva ofertados se sitúan claramente por debajo de los costes, incumpliendo la Ley de mejora de la Cadena Alimentaria. Dependiendo de la zona y la variedad de uva, los precios presentados recogen bajadas de hasta un 30% respecto a 2022.
Con estas cotizaciones, según los cálculos realizados por los Servicios Técnicos de COAG, un viticultor tipo perdería de media en torno a los 900 euros por hectárea en el caso de uva blanca airén y 1.200€ en tinta tempranillo. Los costes de producción se elevan a 0,43€/kg para la variedad blanca airén y 0,52€/kg para la tinta tempranilla, muy por encima de los precios presentados (0,20€/kg para blanca airén y 0,36€/kg para tinta tempranillo).
Enlace de origen : El pedrisco causa 40 millones de pérdidas en unas 20.000 hectáreas de cultivos en Valencia y Castellón