Las jóvenes promesas lo tienen crudo para ser protagonistas, salvo cuando consigan el Mundial de Clubes. El mayor atractivo del torneo que se disputa en EEUU son los ‘last dance’ de los ‘Greatest Of All Time’. Mucho término inglés, pero es lo que marca el contexto de una competición donde Messi, Sergio Ramos o Thiago Silva son los que acaparan las miradas. Para jugadores como el capitán de Fluminense, que va camino de cumplir 41 años, el reloj se agota y no hay mejor manera de hacerlo que siendo el estandarte del equipo que le acogió cuando una neumonía casi le deja fuera de juego. Para más motivación, enfrente tendrá al Inter de Milán de Chivu, contra el que vivió más de un Derby della Madonnina.
Acerbi: “Te voy a pegar una paliza”
Hoy, el rumano es el entrenador de un Inter de Milán en transición, con el que firmó un contrato de dos años este mes después de la fuga millonaria de Simone Inzaghi. Tras ser goleado en la Champions contra el PSG y perder todas las batallas por los títulos que había en juego, el italiano dio por agotado un buen ciclo que no logró redondear tras acumular dos finales de Copa de Europa perdidas. Atendió la llamada de Al Hilal, al que ha conseguido clasificar para los octavos del torneo en el grupo del Real Madrid.
Chivu se ha encontrado un grupo dolido y roto por el último mes de competición. La imagen de la frustración la representó Francesco Acerbi, verdugo del Barça en semifinales de la Champions, quien amenazó a un aficionado del PSG que le recordó el 5-0 de Múnich. Lo hizo centrándose en una jugada en la que el central fue superado por Barcola. La situación desbordó, con el jugador diciéndole al hincha que le increpó: “Te voy a pegar una paliza”. La situación no pasó a más. Con todo, refleja el estado de frustración de un equipo que ha vivido una fase de grupos de contrastes.
El Inter se llevó un susto en el arranque del Mundial de Clubes después de empatar 1-1 contra Monterrey. Superó al japonés Urawa Red en el tiempo de descuento y tuvo que esperar a que River se quedase en inferioridad en el último partido para cerrar su pase como primero de grupo. Chivu no ha tenido más remedio que acelerar la transición, al ver como grandes nombres tal que Çalhanoglu, Pavard, Zielinski o Bisseck se iban cayendo de la lista. A cambio ha ganado para la causa a futbolistas como Sucic y Pio Esposito, que liderarán la ambición por estar en cuartos.
Thiago Silva, un regreso mejor que el de Marcelo
Enfrente tendrá al equipo más pragmático de los brasileños, un Fluminense que ha padecido falta de gol. Rentabilizó al máximo los cuatro tantos que anotó contra la ‘cenicienta’ del grupo, el Ulsan Hyundai. Con un bloque medio-bajo y balones largos arrancó dos empates ante Borussia Dortmund y una de las sensaciones del torneo, el alegre Mamelodi Sundowns sudafricano. “A veces es mejor sufrir y clasificarse, que querer jugar bien y perder”, aseguró Renato Gaúcho, el ‘Molowny’ de Fluminense, al que ha recurrido siempre en situaciones de emergencia.

Thiago Silva, capitán de Fluminense, que buscará los cuartos de final ante el Inter de Milán. / JOAO GUILHERME / EFE
En esta propuesta férrea, Thiago Silva, pese a los problemas musculares que arrastra por el lógico desgaste, es fundamental. El regreso del central a Fluminense ha sido mucho más positivo que el que en su día tuvo Marcelo, quien acabó retirándose por la puerta de atrás tras enfrentarse con Mano Menezes. Nada que ver con ‘O Monstro’, el apelativo que le puso en su primera etapa en Fluminense (2006-2009) su excompañero Fernando Henrique. Thiago Silva podría haber vivido un regreso cómodo a Brasil, aportando veteranía desde la rotación, pero no concibe el fútbol de esa manera.
El ganador de una Champions con el Chelsea en la temporada 2020/2021 cruzó de rodillas el estadio de Maracaná hace apenas seis meses para celebrar la salvación de Fluminense. La montaña rusa emocional en la que estaba inmerso ‘Flu’ le había llevado de ganar una Libertadores contra Boca en 2023 a jugarse la vida en la última jornada del Brasileirao. Hoy, el club afronta una etapa más tranquila gracias al temple que han aportado jugadores como Thiago Silva, quien quiere prolongar la fiesta del equipo en el que se formó hasta los 18 años hasta el límite de sus fuerzas.
Enlace de origen : El último servicio del 'monstruo' Thiago Silva ante un Inter de Chivu todavía dolido por la Champions