Etiopía expulsa a siete altos funcionarios de la ONU por “intromisión”

El Gobierno de Etiopía anunció este jueves la expulsión de siete altos funcionarios de agencias humanitarias de la ONU que fueron declarados personas no gratas por “entrometerse en los asuntos internos del país”. “Deben salir del país en las próximas 72 horas”, subrayó el Ministerio de Asuntos Exteriores en un breve comunicado, sin precisar las supuestas intromisiones.

Entre los expulsados, destacan la representante del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) en Etiopía, Adele Khodr, y la directora de la Oficina de la ONU para la Coordinación de Ayuda Humanitaria (Unocha) en el país, Marcy Vigoda.

Carlos Santamaría*

La medida se adoptó después de que organizaciones humanitarias denunciaran el acceso limitado a la región norteña de Tigray, asolada por una guerra entre el Gobierno central y los rebeldes del Frente Popular de Liberación de Tigray (FPLT).

El jefe humanitario de la ONU, Martin Griffiths, señaló esta semana que un “bloqueo ‘de facto” de casi tres meses ha restringido notablemente las entregas de ayuda a los damnificados por el conflicto.

Tras conocerse las expulsiones, el portavoz del FPLT, Getachew Reda, lamentó en Twitter que la solución del primer ministro etíope, Abiy Ahmed, al “empeoramiento de la crisis humanitaria en Tigray” sea “declarar al personal humanitario de la ONU en Adís [Abeba] ‘persona non grata”, lo que calificó de “triste pero real”.

La guerra comenzó el pasado 4 de noviembre, cuando Abiy lanzó una ofensiva contra el FPLT, partido que gobernaba la región entonces, en represalia por un ataque contra una base militar federal.

El pasado 28 de junio, el Ejecutivo etíope anunció un “alto el fuego unilateral humanitario” y el Ejército se retiró de varias ciudades tigriñas —incluida la capital, Mekele—, pero las fuerzas amharas, que peleaban junto al Gobierno y anexionaron ‘de facto’ zonas sobre las que reivindican derechos históricos, siguieron allí.

A. A.

En ese contexto, los rebeldes tigriñas recuperaron terreno y el conflicto se extendió a las regiones vecinas de Afar y Amhara. Desde noviembre, miles de personas han muerto, unos dos millones se han visto desplazados internamente en Tigray y al menos 75.000 etíopes han huido al vecino Sudán, según datos oficiales.

Además, casi siete millones de personas afrontan una “crisis de hambre” en el norte de Etiopía por la guerra, según advirtió este mes el Programa Mundial de Alimentos (PMU) de la ONU.

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