“¡Expropiadlos!”: Berlín declara la guerra a las inmobiliarias por la explosión del alquiler

En Alemania, se ha producido este domingo un voto de protesta, aunque este no se ha visto reflejado en las elecciones para elegir el primer Gobierno federal tras la despedida de Angela Merkel. El descontento ha estallado en un escenario secundario, la ciudad-estado de Berlín, y se dirige contra un problema puntual que agobia desde hace años a la mayor metrópoli germana: la explosión del precio de la vivienda.

Además de en las generales y en las elecciones para elegir el Gobierno local, los berlineses votaron este domingo en un controvertido referéndum para decidir si apoyan nada menos que la expropiación de grandes empresas inmobiliarias. Una receta con potencial para la polémica y cuyo resultado ha sido claro. Una mayoría del 56,4% de los votantes se ha pronunciado a favor de la iniciativa que propone ‘socializar’ —es decir, poner bajo control público— las empresas que posean más de 3.000 pisos en la capital. Un 39% se pronunció en contra.

“Hemos dado una señal de que no siempre van a ganar los grandes”, dijo en la noche del domingo uno de los impulsores de la campaña, Rouzbeh Taheri, en la fiesta electoral particular en la que los activistas celebraron el éxito al grito de “¡Expropiadlos!”.

Nuria Vila. Malmö (Suecia)

El mayor villano para estos es la empresa inmobiliaria Deutsche Wohnen, miembro del exclusivo club del índice DAX de las 40 compañías más grandes de Alemania. Ya el mismo nombre de la iniciativa, ‘Expropiar a Deutsche Wohnen y compañía’, pone al gigante bursátil directamente en la mira. La empresa es propietaria de más de 158.000 viviendas, la enorme mayoría de ellas, 116.000, en Berlín.

El resultado del referendo no es vinculante, pero tiene un potencial explosivo para el próximo Gobierno local. La iniciativa espera que el contundente triunfo sirva para ejercer presión y para que la ciudad-estado se vea forzada a crear una ley ‘ad hoc’. “Este va a ser un proceso bastante largo, no va a ser cuestión de dos o tres años“, dice a El Confidencial Ingrid Hoffmann, una portavoz de la campaña que usa un seudónimo porque es inquilina de Deutsche Wohnen y teme represalias. “La estrategia la tenemos que definir en las semanas venideras”, agrega.

La iniciativa consiguió más de 359.000 firmas para impulsar el referendo, duplicando las 170.000 necesarias. Los defensores de las expropiaciones sostienen que estas afectarían a unos 240.000 pisos en la capital, más o menos el 15% del parque berlinés.

“Los alquileres en Berlín se han duplicado en lo últimos 10 años”, señala la iniciativa

El sí a las expropiaciones pone el dedo en una de las llagas más lacerantes de Berlín, desde hace años la ciudad de moda para muchos trabajadores, estudiantes y artistas europeos, entre ellos, muchos españoles. El Brexit también ha aportado lo suyo.

Los precios en la capital están aún lejos de los de metrópolis germanas más caras como Múnich o Hamburgo, pero el constante incremento durante años, ligado al menor poder adquisitivo de los berlineses, ha hecho que la gente pierda la paciencia. “Los alquileres en Berlín se han duplicado en lo últimos 10 años”, señala la iniciativa. “En Berlín, hay mucha gente que gasta más de la mitad de sus ingresos en el alquiler“, asegura Hoffmann.

Pero la ganadora de las elecciones y potencial próxima alcaldesa de Berlín, la socialdemócrata Franziska Giffey, ha plantado el lunes cara a la iniciativa. “Durante la campaña dejé claro que no creo que las expropiaciones sean lo correcto para solucionar el problema de la vivienda en Berlín”, dijo.

E. Sanz

El actual Gobierno berlinés calcula que los eventuales costes para indemnizar a las empresas expropiadas podrían ascender a los 36.000 millones de euros. Los críticos dicen que eso dispararía el gasto y la deuda pública de Berlín, uno de los estados con la peor situación financiera de Alemania. Un dinero, por lo demás, que se podría usar mejor para construir más e intentar saldar por esa vía el enorme déficit de viviendas en la capital.

“Esa argumentación es absurda”, responde Ingrid Hoffmann a esas críticas. “Deutsche Wohnen no ha construido en Berlín. Su negocio es comprar viviendas, modernizarlas y venderlas o alquilarlas a precios mucho más elevados. Y cuando la gente me dice que la expropiación no crea ni un solo nuevo apartamento, les digo que tienen razón, pero que tampoco resuelve el conflicto de Oriente Medio, porque no es su propósito“, ironiza. “Su propósito es garantizar la estabilidad de los alquileres de las viviendas existentes”, remata.

El Gobierno berlinés ya se ha estrellado antes con iniciativas para intentar resolver la crisis de la vivienda. En abril de este año, el Tribunal Constitucional declaró inconstitucional una ley para congelar los alquileres, el Mietendeckel, aprobada por el actual tripartito de izquierdas de SPD, Verdes y La Izquierda que gobierna la capital. La calle presiona ahora por una nueva iniciativa legal controvertida y cuya efectividad no está garantizada.

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