Ideología Z: el ascenso del Trump francés que tiene revolucionada a la ultraderecha

Quedan cinco meses para las elecciones presidenciales en Francia y el principal tema de conversación política en las últimas semanas es un tertuliano de 63 años que no para de subir en las encuestas. Y eso que él aún no se ha declarado oficialmente candidato para los comicios, cuya primera vuelta será el 10 de abril y la segunda, el 24.

Eric Zemmour nació en la periferia de París en 1958 en el seno de una familia humilde de judíos ‘pieds noir’, originarios de Argelia. Periodista del diario conservador ‘Le Figaro’ desde hace 25 años, publicó en 2006 un controvertido libro que le abriría las puertas de los platós de televisión: ‘Le premier sexe’ (‘El primer sexo’), una respuesta al clásico de Simone de Beauvoir ‘El segundo sexo’ donde defiende una visión viril de las relaciones entre hombres y mujeres. En su obra, Zemmour argumenta que las mujeres no pueden encarnar el poder, que los niños cuidados por sus padres van a tener traumas freudianos y que la depilación masculina es un síntoma de la decadencia de Occidente y de la alienación del hombre.

Con una carrera construida en las emisiones de debate de la noche del sábado en Francia y en los ‘sets’ de las cadenas de información 24 horas, Zemmour se presenta a sí mismo como un personaje público ajeno al juego partidista, capaz de decir en alto lo que los políticos de derechas no se atreven a expresar para no perder votos. A esta imagen de persona sin pelos en la lengua incorpora también una faceta de hombre cultivado, que cita con facilidad a autores como Balzac, Montesquieu y Bernanos.

Agencias

¿Sus temas fetiche? La decadencia de Francia y, sobre todo, el llamado ‘gran reemplazo’ de la población francesa (sic) por población migrante. Zemmour (cuyos padres le llamaron Eric para que sonara más francés) considera que los nombres no franceses son un ataque a la República, que los judíos franceses que deciden enterrar a sus muertos en Israel traicionan a su país de acogida y que para 2100 Francia será una república islámica.

Dos condenas por “provocación a la discriminación racial” y “provocación al odio religioso” después (esta última, recurrida ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos), Eric Zemmour se ha convertido en la nueva esperanza de una derecha cansada de Marine Le Pen, que abraza los discursos identitarios antiglobalistas, antifeministas y antiliberales del húngaro Viktor Orbán.

La última palabra sobre Zemmour

Su último libro —autoeditado—, ‘La France n’a pas dit son dernier mot’ (‘Francia no ha dicho su última palabra’), es el ensayo más vendido desde hace tres semanas en el país (justo detrás viene ‘Cómo el patriarcado boicotea las relaciones heterosexuales’, el nuevo libro de la autora feminista Mona Chollet). En la portada aparece Zemmour sobre la bandera francesa, un guiño asumido al libro ‘Great Again: How to Fix Our Crippled America‘ (‘Grande de nuevo: cómo arreglar nuestro Estados Unidos tullido’), que Donald Trump publicó en julio de 2016, antes de las elecciones que lo llevarían a la Casa Blanca.

Enrique Andrés Pretel

“Seguí la campaña de Trump en Estados Unidos y tiene muchas cosas que me recuerdan a él”, afirma Lucie Delaporte, periodista de Mediapart especializada en extrema derecha y el partido de Marine Le Pen. “Es el mismo tipo de mensaje tosco que hace de él el mejor producto de los medios de comunicación”, añade.

Para Delaporte, 2019 es un año clave para comprender quién es Zemmour en el paisaje político francés. En septiembre, la sobrina de Marine Le Pen, Marion Marechal Le Pen, organizó una convención para acercar posturas entre el partido de su tía y la derecha tradicional (Los Republicanos, fundado por Jacques Chirac). Zemmour protagonizó uno de los discursos de la reunión, denunciando la “exterminación del hombre blanco heterosexual” y que “la inmigración y el islam” agravan todos los problemas de Francia.

Al día siguiente, Vincent Bolloré, el multimillonario propietario de Canal+, le ofreció una hora de emisión diaria en su nueva cadena, CNews. Zemmour se convirtió en el portavoz de un nuevo mensaje político “que interpela a la derecha y a la extrema derecha”, afirma Guillermo Fernández. Y las audiencias estallaron, llegando a casi un millón de espectadores en 2021.

Jean-Marie Le Pen declaró hace poco que votaría por Zemmour si es el candidato de la extrema derecha mejor situado

A las puertas de las presidenciales de 2022, Zemmour es, además, protagonista de la ‘vendetta’ de una parte del clan Le Pen contra Marine. Lo que Guillermo Fernández, autor del libro ‘Qué hacer con la extrema derecha. El caso del Frente Nacional’, llama “la operación Zemmour”, la cual está “construida dentro y fuera de Francia con sectores de su partido, Reagrupación Nacional, que quieren acabar con el liderazgo de Marine Le Pen”.

Esta campaña incluye a su sobrina, Marion, que salió de la política en 2017 y fundó el Instituto de Ciencias Sociales, Económicas y Políticas, una escuela de formación de líderes de la derecha identitaria con sucursal en Madrid. También a su padre, Jean-Marie, el fundador del partido, quien declaró hace poco en una entrevista en ‘Le Monde’ que votaría por Zemmour si es el candidato de la extrema derecha mejor situado en los sondeos de las presidenciales.

“Zemmour agrega a su alrededor sectores muy estructurados de la extrema derecha que esperaban un candidato alternativo a Marine le Pen”, explica Delaporte. Personajes como Robert Ménard, alcalde de extrema derecha de Beziers (cerca de Narbona), y Philippe de Villiers, excandidato de la derecha soberanista a las presidenciales y fundador del parque de atracciones Puy du Fou (que abrió una filial cerca de Toledo en 2019). Y desde fuera, con el apoyo claro de los países del grupo de Visegrado (con Hungría y Polonia a la cabeza).

Ángel Villarino. Toledo

“Quieren sumar una marca francesa a la derecha identitaria europea, pero con Le Pen tenían un problema por su cercanía con Rusia, una amenaza para los polacos de Ley y Justicia”, cuenta Fernández. Lo que explica por qué hace unas semanas Viktor Orbán recibió en Budapest a Zemmour casi como a un jefe de Estado, durante la conferencia sobre natalidad a la que también acudió Mike Pence, vicepresidente de la Administración Trump.

“Identidad, inmigración y seguridad”

Para esta nueva derecha identitaria, afirma Fernández, “Marine le Pen ha abrazado ideas de la izquierda en asuntos como el feminismo y la ecología, y Zemmour sería la renovación perfecta porque no es timorato frente a estos temas”. Esto, porque basa su programa en la defensa de tres ideas clave: “Identidad, inmigración y seguridad”.

En la página web de su movimiento, Génération Z, se puede encontrar un resumen de las ideas políticas de Z (como lo llaman sus partidarios) a partir de sus intervenciones en televisión y en torno a cuatro ejes: educación, inmigración, política e internacional (en ese orden). En ella, se presentan algunas medidas, como la implantación de una educación “patriótica” de la historia en los colegios, la externalización o supresión del derecho de asilo, la expulsión del país de los ciudadanos con doble nacionalidad francesa y extranjera que cometan un crimen, el restablecimiento de las fronteras nacionales, obligar a bautizar con nombres franceses…

Carlos Barragán

“Es una propuesta política que apuesta por el sentimiento de orgullo, de identidad nacional, aunque sea construido sobre ‘pastiches’ históricos, frente al moralismo y al sentimiento de culpa que atribuyen a la izquierda”, analiza Fernández. Un relato que vale tanto en Francia como en España. “Dibujan enemigos muy sencillos que ponen en duda el sentido de nación de mucha gente: en Francia, el islam; en España, los nacionalistas catalanes. Y frente a eso: orgullo, orgullo, orgullo”, detalla. Y fracturan tanto a la derecha, a la que obligan a posicionarse, como a la izquierda, a la que ponen a discutir de cosas que realmente no tienen ningún interés.

Zemmour ha pasado en un mes de un 5-6% en intención de voto en las presidenciales de 2022 a un 16-17%, convirtiéndose en la figura de la derecha mejor situada en las encuestas. Por lo que el anuncio de su candidatura “seguramente se produzca antes de noviembre”, según Lucie Delaporte.

A la espera del sorpaso que pueda provocar Zemmour, Marine le Pen es la líder indiscutible de Reagrupación Nacional. En la izquierda, La Francia Insumisa (partido próximo a Unidas Podemos) tiene en Jean-Luc Mélenchon a un candidato indiscutible. Las formaciones tradicionales, el Partido Socialista y Los Republicanos, están enredadas en procesos de primarias. La alcaldesa socialista (de origen español) de París, Anne Hidalgo, es la mejor situada para obtener la aprobación de los militantes. Los conservadores tendrán que esperar a diciembre para resolver su candidato. Valerie Pecresse, Michel Barnier (el negociador de la UE en el Brexit) y Xavier Bertrand son los rostros más conocidos. El partido ecologista, EELV, también apostó por las primarias para elegir a Yannick Jadot, antiguo dirigente de Greenpeace en Francia, como su representante.

Para presentarse a las presidenciales francesas, el candidato necesita 500 firmas de apadrinamiento de cargos públicos (en las últimas elecciones, en 2017, había 47.000 cargos que podían apadrinar). Candidatos en 2017 de la izquierda anticapitalista como Nathalie Artaud y Philippe Poutou lograron sin problemas las firmas (637 y 573 respectivamente). Marine le Pen, por su parte, tuvo 627 padrinos.

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