La ‘Dama de Hierro’ que puede tumbar a Emmanuel Macron no se apellida Le Pen

Valérie Pécresse es la primera mujer candidata a las elecciones presidenciales francesas del partido de herencia gaullista y de derecha clásica Los Republicanos (LR). Ganadora contra todo pronóstico en diciembre de las primarias de la formación, la que fuera ministra de Universidades con François Fillon quiere ser vista como la ‘Dame de Faire’ francesa —juego de palabras en francés con ‘dame de fer’, la Dama de Hierro—, una “mujer de acción”. Pécresse protagoniza la gran sorpresa de estos comicios, y su candidatura ha dado alas a Los Republicanos en la carrera hacia el Elíseo: según las últimas encuestas, supera a la candidata radical Marine Le Pen en intención de voto y se presenta como la mayor -y más difícil- rival para el actual presidente Emmanuel Macron en la segunda vuelta.

“Experiencia, ruptura, modernidad”: son los adjetivos con los que la define Robin Reda, un diputado de Los Republicanos de apenas 30 años que lleva diez trabajando con Valérie Pécresse, en conversación con El Confidencial. La actual presidenta de la región Île de France (con competencias en transportes y en la gestión de los liceos) lleva en el poder de la tercera región más poblada de la Unión Europea (12 millones de habitantes) y la octava en PIB por habitante desde 2015. Y en 2021 revalidó su mandato con un discurso de rigor presupuestario y aumento de la seguridad que pretende llevar a la campaña de las presidenciales.

Ramón González Férriz

Nacida un 14 de julio (fiesta nacional de Francia) de hace 54 años en la capital de la burguesía y la aristocracia francesas, la ciudad de Neuilly sur Seine (al oeste de París), Valérie Pécresse se define como trabajadora, metódica, rupturista: con 15 años se fue a un campamento de verano de las juventudes comunistas en Yalta (Rusia) para aprender ruso, y con 16 se sacó el bachillerato. La ‘dama de Hierro’ no es la única figura con la que se juega a comparar; Pécresse quiere también ser vista como la ‘Calamity Jane’ (Juanita Calamidad) de la derecha, seguramente más por su capacidad de liderazgo de una familia desestructurada y su leyenda de aventurera, que como asesina de indios. Segunda de su promoción en la exigente y prestigiosa Escuela Nacional de la Administración (ENA), esta nieta de resistentes al nazismo durante la Segunda Guerra Mundial entró en política con 30 años de la mano del fallecido presidente de la República el gaullista Jacques Chirac.

Tras 21 años dentro del partido heredero de la política de Charles de Gaulle (denominado UMP hasta 2014, LR desde entonces), Pécresse se marchó en 2019 por el giro a la extrema derecha que estaba tomando la línea ideológica de la formación, llevándose consigo a una parte de los afiliados que habían apoyado al candidato a la presidencia en 2017 (y antiguo primer ministro con Nicolas Sarkozy), François Fillon.

Le Grand Continent

En 2021, durante las primarias de LR, Pécresse volvió a tener enfrente al ala más dura del partido, representada por Eric Ciotti, un adepto a las teorías racistas de otro candidato a la presidencia, Éric Zemmour. Además, en la competición por liderar la gran familia de la derecha francesa, se presentaron figuras con más proyección o bagaje que Pécresse, como Xavier Bertrand, presidente como ella de una región y que llevaba meses ocupando todos los platós de televisión, y Michel Barnier, el negociador de la Unión Europea para el Brexit.

Pécresse fue la gran sorpresa de la primera vuelta, en la que quedó segunda, y arrasó en la segunda (60% de votos) frente a la encarnación de la dicotomía que hoy en día fractura a la derecha: votar o no votar por un candidato xenófobo como Eric Ciotti.

En su discurso del 4 de diciembre, el día en que se conocieron los resultados, Pécresse agradeció a los militantes de Los Republicanos su “valentía” al haber escogido por primera vez a una mujer para las presidenciales francesas, que tendrán lugar en abril de 2022.

“Autoridad, reforma y coraje”

“Los valores de la derecha son la autoridad, la reforma y el coraje”, declaraba dos días después a los micrófonos de la radio pública France Inter. “Con ellos venceremos a Macron y seremos un muro para los extremismos”, explicaba Pécresse en referencia a la gran sombra que pende sobre las presidenciales, la batalla identitaria que representan Éric Zemmour y Marine Le Pen.

Tres días después de su elección, el 7 de diciembre, una encuesta la daba ganadora en la segunda vuelta de las presidenciales frente a Emmanuel Macron, con el 52% de los votos. En realidad, en la primera vuelta, Pecresse tendría el mismo resultado que el de la frustrada candidatura de su predecesor, François Fillon, que obtuvo un 20% de los sufragios en 2017 a pesar de que meses antes la prensa había revelado el escándalo de empleos ficticios con dinero público de su mujer y sus hijos.

Enric Bonet. París

Por eso, para agrandar su base en la primera vuelta, Pécresse busca ocupar el espacio clave de estas presidenciales: la batalla por la identidad francesa. “Su programa incluye leyes para proteger la seguridad de los franceses y controlar la inmigración”, resume Robin Reda, uno de sus colaboradores en la campaña, en entrevista con este diario. “Zemmour intenta imponerse por su capacidad de oratoria, pero Valérie dice y hace. Después de dos mandatos perdidos, los de François Hollande y Emmanuel Macron, es la única capaz de hacer que los franceses se sientan orgullosos de su país”, afirma Reda.

“Los vendedores de miedo nunca han sido eficaces en la acción. En nuestra historia, nadie ha salvado el país dividiéndolo”, afirmaba Pécresse en France Inter. Sin embargo, en todos los discursos e intervenciones, Pécresse no se centra en Zemmour o en Le Pen, sino, como si ya supiera que la lucha es por la segunda vuelta, en Macron: “Macron desea gustar, yo deseo hacer”, aseguraba el 6 de diciembre en la radio pública.

“Se ha creado una división insana en la política en Francia, entre aquellos a los que les va bien con Macron y aquellos a los que les va mal, que son sobre todo los que no viven en las grandes ciudades”, detalla Reda. “Macron quemó la caja” presupuestaria, según Pécresse, con la gestión de la crisis del covid-19. “La crisis sanitaria ha puesto de relieve el peso del Estado central, en gran dificultad, con los hospitales públicos casi ahogados por la sobreadministración y la burocracia. Queremos que el Estado sea más eficaz, descentralizarlo, dar confianza a las administraciones locales”, explica Reda.

Guillermo Rivas Pacheco. París

Para remediarlo, Pécresse propone suprimir 150.000 puestos de funcionarios, aumentar la edad de jubilación a los 65 años (ahora está en 62), descentralizar la Administración para evitar duplicidades y reducir la burocracia, ahorrar 45.000 millones de euros de presupuesto en cinco años y subir un 10% los salarios netos inferiores a 2.400 euros. “Los franceses deben poder vivir de su trabajo, con menos impuestos, sin hipotecar a las generaciones futuras”, resume Reda.

Por otro lado, Pécresse hace suyos algunos de los conceptos en inmigración de sus rivales de la derecha: hacer una ley constitucional de control de la inmigración con cuotas por países y oficios demandados (una idea que lleva rondando en la derecha desde 2008), que los extranjeros no europeos no puedan cobrar ninguna ayuda pública hasta después de cinco años de residencia en el país (Zemmour propone prohibirlos, simplemente).

“Vamos a pasar la página Macron”

“Vamos a pasar la página Macron sin arrancar las páginas de la historia de Francia”, dijo Valerie Pécresse en diciembre en France Inter. ‘Voilà, voilà’; bello como mezclar identidad y economía en la misma frase. “Somos un partido gaullista, y hay un jefe”, afirmaba Pécresse tras su elección.

Caricaturizada por el líder del partido de extrema izquierda Francia Insumisa, Jean Luc Mélenchon, como “la Dalton”, la madre de los bandidos de los cómics de Lucky Luke, un guiño por su apoyo a François Fillon después de que el excandidato a las presidenciales fuera procesado, Pécresse se ve más como una Calamity Jane, la famosa exploradora del Oeste estadounidense, independiente, fuerte, al frente desde muy joven de una familia desestructurada.

“Su proyecto es la restauración de la autoridad, del respeto de las leyes y de las instituciones”, afirma el colaborador de su campaña Reda. “Marine le Pen intenta sobrevivir, Zemmour existir. Votar a la extrema derecha ahora es un seguro de vida para Macron“, explica.

En su conquista de las vastas planicies de la campaña presidencial francesa de 2022, ‘Calamity Pécresse’ tendrá que conjugar las dos cabezas de la derecha para situarse en la segunda ronda en abril frente a Macron: liberalismo económico y reivindicación de la identidad. “Sabemos que, tras la crisis, todos los combates van a ser difíciles, pero ella tiene la experiencia para dar batalla”, confiesa Reda.

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