El gran apagón que dejó sin electricidad a miles de hogares gallegos el pasado domingo puso a prueba la resiliencia de muchas familias, especialmente aquellas con pacientes que dependen de tecnología médica para sobrevivir. En Redondela, Josefa vivió una jornada especialmente tensa junto a su marido, Carlos González Miñán, paciente de ventilación mecánica y oxígeno domiciliario desde hace 17 años.
«El día fue complicado, pero la gente del oxígeno es una maravilla», repite Josefa con gratitud. Se refiere al técnico que habitualmente atiende a su marido y que, sin previo aviso y cuando las comunicaciones estaban caídas, se presentó en su casa con una bombona adicional y una batería para poder enchufar la máquina de nebulizaciones. «Nos salvó la noche», asegura.
Carlos necesita oxígeno las 24 horas y usa dos máquinas BIPAP, una de día y otra de noche, además de un equipo para nebulizaciones que realiza varias veces al día. Todas ellas funcionan con electricidad, y aunque disponen de bombonas de oxígeno como respaldo, estas tienen una autonomía limitada, insuficiente para un corte tan prolongado como el que se vivió.
Más de 32.000 pacientes requieren terapias respiratorias a domicilio
El caso de Carlos no es aislado. El reciente apagón supuso un desafío a gran escala para el sistema de atención domiciliaria. En total, más de 32.000 personas en tres áreas sanitarias gallegas dependen de terapias respiratorias en sus hogares: 7.434 en el área sanitaria de Pontevedra, 15.388 en la de Vigo y 9.456 en la de Santiago, todas ellas gestionadas por la empresa concesionaria Esteve Teijin, que colabora con el Sergas desde 2020.

Llegada de una bombona de oxígeno a un domicilio en un sexto piso, a donde hubo que subir a pie. / Q.F.
Durante la emergencia, la empresa activó un protocolo de urgencia y elaboró un listado de pacientes críticos en tiempo récord, cruzando su base de datos con el historial asistencial habitual. «El principal problema fueron las comunicaciones, que fallaron, dificultando el contacto con los pacientes y entre los propios equipos», explicó Mónica García, coordinadora asistencial de Esteve Teijin en Galicia.
Con las líneas telefónicas colapsadas y sin saber cuánto duraría el corte, el dispositivo de emergencia se desplegó a lo largo de toda la noche. Varios equipos recorrieron distintas localidades para entregar bombonas de oxígeno a los domicilios que lo necesitaban y verificar que los pacientes más frágiles contaban con equipos de respaldo. Fue el caso de Carlos. «Yo ya le dije que no gastara la batería de la mochila, porque me daba para llegar al centro de salud que lo tengo a cinco minutos», cuenta Josefa, con la seguridad de quien ha vivido muchas crisis antes.

Centro de Salud de Teis, afectado por el apagón eléctrico generalizado en España. / Marta G. Brea
«No se fue a la cama. Pasó la noche en el sillón. Pero mientras esté sentado y tranquilo, puede ir tirando con oxígeno», explica. Aun así, la imposibilidad de realizar las nebulizaciones al mediodía les puso en alerta. «Yo sabía que si pasaba algo, lo llevaba. He vivido tantas crisis, que era un día más».
Mónica García destaca que, pese a la magnitud del problema, lograron minimizar ingresos hospitalarios gracias a la rápida movilización y al trabajo del personal, que en muchos casos actuó sin previo aviso y sin comunicación previa, como en el caso de Josefa: «A las seis de la tarde me llegó el chico sin avisar y sin nada».
La empresa recuerda también que los pacientes pueden acudir a los PACs (Puntos de Atención Continuada) o a hospitales para recargar equipos o solicitar bombonas de oxígeno, ya que estos centros disponen de suministro eléctrico estable y generadores. Asimismo, insisten en la importancia de tener siempre operativos los equipos de respaldo y utilizar el teléfono gratuito 24 horas ante cualquier incidencia.
La noche fue larga para muchos. «Solo lo sabe quien lo padece», concluye Josefa. «Agradezco que no estuviéramos solos».
Aun así, fuentes sanitarias aseguran que muchos pacientes llegaron a los PAC y hospitales.
Enlace de origen : La odisea de un día sin luz para los dependientes de oxígeno y ventilación