“La Unión Europea está infravalorando la amenaza que supone Rusia”

Lituania y Estonia, dos de las tres ex repúblicas soviéticas bálticas, enfrentan dos retos paralelos: por un lado, la enorme influencia rusa y la amenaza que eso supone para sus países y, por otro, pasar página y dejar de centrar su política exterior —y a veces interior— en la enorme influencia rusa y la amenaza que eso supone para sus países. La sombra del Kremlin no es que sea alargada, es que da la sensación por momentos de que, en temas de seguridad, lo cubre todo.

El último informe de 2021 publicado por los servicios de Inteligencia estonios sobre las amenazas y retos a los que se enfrenta el país es esclarecedor. De las 78 páginas que tiene el informe, 65 son dedicadas en exclusiva a Rusia. Luego, desde la página 69 a la 78, se abre otro capítulo dedicado a China, pero también ahí en su último punto se analiza la alianza entre Pekín y Moscú.

En el texto, se habla del uso del covid por el Kremlin como un elemento más para desestabilizar las democracias occidentales. “El liderazgo ruso cree que la epidemia mundial obligará a Occidente a centrarse en su política interna y los problemas económicos, generando el surgimiento de movimientos populistas y extremistas y, en última instancia, socavará la unidad institucional basada en valores de las sociedades occidentales. Rusia, por su parte, está dispuesta a echar leña a las llamas para fomentar estas tendencias”, manifiesta el informe, publicado oficialmente por un país fronterizo con el gigante del que hablan.

Miguel Á. Gayo Macías. Cracovia

Desde ahí se suceden diversos análisis en los que se califica de dictador a Vladimir Putin, se habla del plan del Kremlin de generar desinformación constante en los países europeos, se mira con preocupación lo que sucede en Bielorrusia o Ucrania y se analiza la llegada de un nuevo batallón de tropas rusas, el sexto en siete años, a Kaliningrado, una ‘colonia’ rusa fronteriza con Lituania y Polonia.

Para entender mejor este problema desde la visión de los países afectados, El Confidencial ha entrevistado a dos expertas para explicar hasta dónde llega la sensación de amenaza rusa en ambos países. Margarita Seselgyte es una catedrática lituana y directora del Instituto de Relaciones Internacionales de la Universidad de Vilnius. Evelyn Kaldoja, por su parte, es una periodista estonia, jefa de la sección internacional del periódico ‘Postimees’, cabecera que existe desde 1852.

Margarita Seselgyte. (Cedida)Margarita Seselgyte. (Cedida) Margarita Seselgyte. (Cedida)

Margarita Seselgyte: “La amenaza rusa se minimiza en Europa”

PREGUNTA. ¿Hay un peligro real de agresión rusa en las repúblicas bálticas?

RESPUESTA. Los tres Estados bálticos están preocupados por los múltiples riesgos potenciales provenientes de Rusia. Debido a estar en la OTAN, la posibilidad de un ataque se considera relativamente baja. Por lo tanto, los principales riesgos asociados con Rusia son los llamados hilos híbridos: operaciones de información y cibernéticas que tienen como objetivo desafiar la estabilidad de los sistemas políticos en los Estados bálticos.

P. ¿En qué consisten esas operaciones?

R. En su mayoría, esas operaciones pretenden profundizar las divisiones ya existentes en la sociedad. Las operaciones de información incluyen difundir las narrativas que dudan de los valores occidentales, de la democracia o cuestionan la lealtad al Estado. Recientemente, una de las divisiones sociales reside en los segmentos de la sociedad a favor y en contra de la vacunación, que están siendo hábilmente manipulados. Otro ejemplo reciente es la utilización de la migración como arma en la frontera entre Lituania y Bielorrusia.

Hay un histórico problema de integración de la gran población rusa que vive en las repúblicas bálticas. ¿En qué situación jurídica están esas comunidades?En Lituania, la comunidad de habla rusa comprende apenas el 6% de la población. Tiene la misma ciudadanía, derechos y estatus legal que la comunidad de habla lituana. La situación en Letonia y Estonia es un poco diferente. Partes de su sociedad, no recuerdo números exactos, pero alrededor del 25%, son de habla rusa. Algunos de ellos no tienen ciudadanía letona o estonia, aunque el número de personas sin ciudadanía ha disminuido significativamente en los últimos años.

P. ¿No es un riesgo tener bolsas de apátridas dentro de los países?

R. No, no hay riesgos ahí. Letonia y Estonia están haciendo muchos esfuerzos para prevenir una situación como esa. Los niños están adquiriendo automáticamente la ciudadanía de los respectivos países, por lo que las personas que han nacido después de la independencia la tienen. En Lituania, esto nunca ha sido un problema, automáticamente hemos emitido nuestra ciudadanía a todos después de haber recuperado nuestra independencia.

EFE

P. ¿Existe una obsesión con Rusia que no permite que Lituania tenga su propia agenda internacional dentro de la UE?

R. Lituania ha sido llamada por algunos Estados “país de un solo problema” debido a las fuertes críticas hacia Rusia. Eso está relacionado con nuestras preocupaciones de seguridad, política agresiva y manipuladora de Rusia hacia Lituania y otros Estados de la región. Lituania, en todo caso, participa de las políticas de la UE. Recientemente comenzó a ampliar la cooperación con las democracias asiáticas, en particular Taiwán, lo que ha provocado una fuerte reacción de China. En general, se podría argumentar que Lituania, debido a nuestra difícil historia, promueve una política exterior que se basa en un fuerte apoyo a los valores democráticos, primero en la región, pero ahora también más allá.

P. ¿Europa occidental comprende la amenaza real de Rusia? ¿La amenaza es exagerada o infravalorada en la UE?

R. La amenaza de Rusia en la mayoría de los casos se infravalora en Europa. En primer lugar, porque en algunos casos hay una falta de comprensión sobre cómo funciona Rusia y de qué manera puede penetrar en sus sistemas políticos. Por otro lado, en muchos casos Rusia objetivamente está lejos y es menos activa, influyente y está menos interesada en afectar los sistemas políticos de los países europeos occidentales.

Evelyn Kaldoja. (Cedida)Evelyn Kaldoja. (Cedida) Evelyn Kaldoja. (Cedida)

Evelyn Kaldoja: “Nadie en la OTAN duda del peligro real ruso”

PREGUNTA. ¿Hay un peligro real de agresión rusa en las repúblicas bálticas?

RESPUESTA. Sí, el peligro es real y no creo que nadie entre los analistas militares de la OTAN lo dude. Es por eso que existen los batallones EFP desplegados, como se decidió en la cumbre de Varsovia de la OTAN, para asegurarse de que Rusia no cometa ningún error de cálculo y recuerde que es mejor quedarse dentro de sus propias fronteras y no buscar un conflicto militar directo con la Alianza.

P. ¿La comunidad rusa que vive en Estonia se ha integrado tras la independencia?

R. Aquí deberíamos hablar de rusoparlantes más que de rusos. Entre los ciudadanos que hablan el idioma ruso hay rusos, pero también ucranianos, bielorrusos, azeríes, armenios, algunos judíos, etc. Era una lengua franca en la Unión Soviética, así que la gente que llegaba aquí durante ese tiempo la hablaba y enviaba a sus hijos a escuelas de lengua rusa. Cuando vas por Tallin puedes encontrar varios restaurantes azeríes y armenios, por ejemplo. Estadísticamente, las personas que dirigen y se reúnen en ellos a menudo también se consideran rusoparlantes. Eso no significa que hayan perdido sus identidades étnicas. Todo lo contrario, incluso han mantenido su visión escéptica de la vecina nación caucásica.

P. Dentro de la comunidad rusa, ¿hay también diferencias?

R. Sí, entre los rusos en Estonia hay varias capas con diferentes estilos de vida y niveles de integración. Tienes a los llamados ‘starovers’, viejos creyentes ortodoxos que huyeron a Estonia hace siglos, habitaron ciertas regiones y ahora pueden ser considerados básicamente tan nativos como los estonios. Tienen rusos que tienen la ciudadanía estonia por nacimiento, ya que sus antepasados ​​vivieron en Estonia ya en el período de entreguerras. Además, perdimos algunos territorios que Rusia ahora considera suyos, por lo que hay un cierto segmento de rusos nacidos en Rusia que tienen un derecho a reclamar la ciudadanía estonia, ya que han vivido durante generaciones en regiones que solían ser de Estonia. Luego están las llegadas del periodo soviético, con diferencia el grupo más grande. Algunos de ellos se han naturalizado y tienen plena ciudadanía estonia y algunos de ellos son los llamados titulares de ‘pasaportes grises’: no ciudadanos que no tienen otro país que los cuide excepto Estonia. En temas consulares y socialmente, por supuesto, el estado estonio los protege.

EFE

P. ¿Y quiénes han quedado como apátridas?

R. Los no ciudadanos suelen ser personas mayores que no han podido o no han querido aprender el idioma estonio, pero que al mismo tiempo tampoco se han molestado en obtener la ciudadanía rusa. Para las personas que viven en las regiones fronterizas puede ser beneficioso. Rusia, por su interés político, los deja entrar como si fueran sus ciudadanos, por lo que pueden ir y venir y contrabandear cosas. Hay menos de esos ejemplos entre los jóvenes, ya que no es complicado naturalizarse estonio.Por último, están los ciudadanos rusos que se identifican más con Rusia, pero aún prefieren vivir en Estonia.

P. ¿Qué papel juega la escuela u otros factores en esa integración?

R. El nivel de integración parece depender de la elección personal y de la región donde vive la gente. Yo diría que los jóvenes de etnia rusa, que son ciudadanos estonios y pasan por el servicio militar obligatorio en Estonia, tienen una doble identidad perfecta. Para las familias de habla rusa hay tres opciones a dónde enviar a sus hijos: escuelas completas de estonio, escuelas completas de ruso o las escuelas donde todos los niños hablan ruso pero la instrucción se realiza solo en estonio, algo que a veces ocurre por el hecho de que el joven profesor estonio honestamente no puede hablar ruso. La tercera opción es muy popular, porque le da al niño una ventaja para adquirir las habilidades lingüísticas del estado sin ponerlo bajo la presión de no poder desempeñarse tan bien como los hablantes nativos de estonio.

“En la vida cotidiana de Estonia, la gente no piensa en Rusia”

P. ¿Intenta Rusia manipular la opinión pública estonia sobre el covid, la democracia…?

R. Ciertamente hacen este tipo de acciones de vez en cuando, pero creo que nuestros servicios de seguridad del estado te responderían mejor sobre el cómo y cuándo. Cada año, nuestras fuerzas de seguridad y el servicio de inteligencia exterior publican un informe sobre este asunto (parte de este informe está mencionado al inicio de este artículo).

P. ¿Hay un sentimiento de rechazo entre los estonios hacia Rusia?

R. Creo que muchos estonios no piensan en Rusia con frecuencia. Hay un conocimiento de la amenaza militar en el fondo de la mente de la gente y, por lo tanto, un fuerte apoyo a la OTAN, un gasto militar decente y el servicio militar obligatorio, pero en la vida cotidiana la gente no piensa en Rusia. Es fácil viajar a todas partes de Europa, ¿por qué molestarse con Rusia? Incluso si está cerca, se necesita una visa para hacerlo.

P. ¿Cuál es la imagen del presidente Putin?

R. Vuelvo a decir que no estamos todo el rato pensando en Putin. La gente sabe que es un autócrata, pero es un líder extranjero sobre el que no podemos hacer nada.

P. ¿Hay un movimiento pro ruso significativo en Estonia?

R. No hay un movimiento pro-Rusia significativo. Lo que no significa que no haya algunos ciudadanos rusos que, como algunos de los turcos en Alemania y Austria, idealizan al líder autoritario de su patria de origen.

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