Los fondos toman posiciones en el hidrógeno a la espera de una revolución

Los gestores de fondos buscan contrarreloj fuentes alternativas de energía limpia. En algunos casos por convicción sostenible, en otros porque dan por hecho que el tsunami se producirá pese al reciente encarecimiento de la electricidad, y a veces por mandato de clientes o de sus directores de inversiones. Pero la realidad es que hay una mayoría de fondos y bancas privadas que quieren posicionarse, y una de las opciones que están analizando para incorporar ya a cartera es el hidrógeno verde.

El hidrógeno es una fuente de energía que es almacenable y sin emisiones, que se puede usar para quemar en un motor de combustión, alimentar una pila de combustible para transporte (coches, trenes, aviones, etc.), almacenar energía, calefacción o en la reducción de hierro para fabricar acero. Es decir, tiene una ventaja enorme respecto a otras energías. El problema es que su obtención no es neutra en carbono. Para que sí lo sea, y obtener lo que se conoce como hidrógeno verde, se necesita un proceso muy costoso que hace difícil que sea rentable.

C. H.

Pero la necesidad aprieta, en medio de la transición energética de la Agenda 2030 de la ONU, y por ello cada vez hay más inversión. Tanto de empresas para desarrollarla, como de fondos y bancas privadas para posicionarse. Precisamente, la consultora IHS Market calculó que el hidrógeno verde podrá ser rentable a partir de 2030. Por ahora, el abanico de opciones para invertir es reducido, combinando capital riesgo con un puñado de empresas cotizadas.

“La gran ventaja que ofrece el hidrógeno es su capacidad de almacenamiento y son el sector automovilístico y energético los que están invirtiendo más recursos para lograr que el hidrógeno sea una realidad. Actualmente, existen vehículos que utilizan el hidrógeno como combustible, siendo ‘cero en emisiones’, pero la obtención del hidrógeno actual en el mundo no se realiza a través de procesos neutros en carbono”, resume Borja Fernández de Vega, asesor patrimonial de Portcolom AV.

El experto recuerda que para lograr que esta obtención sea totalmente limpia, se necesita el proceso de la electrólisis, por el que se separa el hidrógeno del agua usando electricidad que procede de energías renovables. “De esta manera se obtendría el conocido hidrógeno verde, la gran apuesta del futuro. Son las principales eléctricas mundiales las que están construyendo grandes proyectos de electrólisis, pero aún sigue siendo excesivamente caro la obtención de hidrógeno verde“, añade Fernández de Vega.

Aunque el número de opciones invertibles es reducido, es también creciente y cada vez interesa más a las grandes casas de inversión

Tendencia de crecimiento

Aunque el número de opciones invertibles es reducido, es también creciente y cada vez interesa más a las grandes casas de inversión. Por ahora, apenas el 1% del hidrógeno mundial es considerado hidrógeno verde. El peso del hidrógeno verde contrasta con su tendencia de crecimiento y la apuesta política y de muchas casas de inversión.

Aun así, explica Carlos González Carreira, director general de Welzia Management, hay “grandes incógnitas” con la evolución tecnológica de las empresas centradas en el hidrógeno verde, por lo que el inversor “puede esperar una gran volatilidad hasta que el mercado sea más maduro y se perfilen las grandes empresas”. En su caso, están apostando por productoras de hidrógeno verde que lideran sus sectores, aunque con un peso aún reducido en las carteras.

Las opciones para tomar posición en el hidrógeno verde pasan por empresas productoras, constructoras de las plantas de electrólisis, proveedores de infraestructuras, estaciones de servicio o instalaciones de almacenamiento. Algunos ejemplos, apunta el ejecutivo de Welzia, son “ITM Power, empresa británica que se dedica a la producción de las máquinas de electrólisis para producir hidrógeno; o Air Liquide, compañía francesa que se dedica a la producción, almacenamiento y distribución de gases, como el hidrógeno. El inversor también tiene la posibilidad de tener exposición al hidrógeno verde a través de fondos de inversión y ETF”. Los fondos cotizados (ETF) más grandes gestionan decenas de millones, muy reducidas en el universo de la gestión pasiva.

José Luis Losa

ITM Power también es una de las apuestas de Ibercaja Gestión en su fondo New Energy, que antes era el Ibercaja Utilities. El cambio, realizado en febrero de 2021, es un ejemplo de la tendencia hacia la sostenibilidad de las gestoras. En este caso, hay exposición a la temática del hidrógeno verde “a través de ITM Power, Nel SA, Plug Power, Linde y Air Products. Las dos primeras son principalmente productoras de electrolizadores, mientras que Plug Power tiene un objetivo más ambicioso para estar en todas los puntos de la cadena de valor. Las dos últimas son compañías de gases industriales, que actualmente son los mayores productores de hidrógeno a nivel mundial”, explica Óscar del Diego, director de inversiones de Ibercaja Gestión.

La revolución ha empezado y se acelerará según avance la década. Al menos, esta es la tesis de las casas de inversión. Algunas de las gestoras europeas más grandes, como Schroders, toman posiciones. “Tenemos algunas pequeñas inversiones”, señalan en la firma británica. El análisis se centra en elegir empresas dotadas de “buena tecnología, sólidas alianzas comerciales y capacidad para ampliar el negocio rápidamente a medida que crece el mercado. Una de las áreas de crecimiento más claras será el equipo de electrolizadores, que es fundamental para la producción de hidrógeno verde, por lo que tenemos algunas inversiones en este segmento”.

En Schroders defienden que el hidrógeno verde será fundamental para la descarbonización de las economías: “Los costes del hidrógeno derivado de las energías renovables van a descender drásticamente, debido a las economías de escala y a los costes cada vez menores de las energías renovables, por lo que es bastante probable que el hidrógeno verde supere al hidrógeno derivado de los combustibles fósiles dentro de 10 años”.

Óscar Giménez

En Vontobel recuerdan que, aunque es una industria incipiente, ya hay oportunidades atractivas en productores de pilas de combustible, de electrolizadores o de gas industrial vinculados a la economía del hidrógeno: “Hay muchas empresas rentables que se dedican directa e indirectamente a la industria del hidrógeno. Las empresas de gas industrial son una fuente de rentabilidad directa, mientras que los productores de electrolizadores están en sus inicios y necesitarán tiempo antes de ser rentables. Sin embargo, aunque una compañía se encuentre en su fase inicial de desarrollo, todavía es posible estimar su valor intrínseco utilizando una aproximación del futuro Mercado Totalmente Abordable (TAM) del hidrógeno, y luego crear un modelo de flujo de caja descontado, basado en su futura cuota de mercado”.

El uso del hidrógeno y los combustibles derivados podrían garantizar hasta el 17% de la demanda energética y reducir en un tercio las emisiones de gases de efecto invernadero para 2050, según calculan en Amundi. “La economía del hidrógeno promete un crecimiento importante. Este vector energético, reconocido como innovador y esencial para lograr la neutralidad del carbono, se beneficia de niveles de inversión muy elevados por parte de actores privados y públicos. Es la única tecnología viable para descarbonizar por completo nuestra economía”, sentencia Emmanuelle Sée, gestora de renta variable temática de CPR AM, centro de inversión temática de Amundi. “Basada en un ecosistema multisectorial en expansión, la cadena de valor del hidrógeno parece especialmente pertinente para la inversión temática”, añade.

Como advertencia final, “todas las tecnologías que se encuentran en las primeras fases de desarrollo, los riesgos y las oportunidades de inversión vienen de la mano. Y el hidrógeno no es diferente. Dada la enorme incertidumbre sobre el potencial y el crecimiento futuros del mercado, así como la volatilidad asociada al precio de las acciones de hidrógeno que cotizan en bolsa, los inversores deben tener un horizonte de inversión a largo plazo para obtener sus respectivos rendimientos y no deben asustarse por los contratiempos a corto plazo”, advierte Tim Bachmann, gestor de DWS.

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