
Un estudio demuestra que el cerebro humano, incluso dormido, sigue alerta a las señales de peligro, y que la aspereza sonora de los gritos es una herramienta evolutiva eficaz para garantizar la seguridad durante el sueño.
Un nuevo estudio publicado en Scientific Reports revela que el cerebro humano mantiene una sorprendente sensibilidad a ciertos sonidos amenazantes incluso durante el sueño profundo.
En particular, los gritos —caracterizados por una cualidad acústica llamada “aspereza” (roughness)— logran activar de forma privilegiada los mecanismos cerebrales encargados de procesar señales relevantes del entorno, aun cuando el resto de los estímulos auditivos pasan desapercibidos.
La aspereza es una propiedad acústica que describe rápidas fluctuaciones en la presión sonora, típicamente entre 30 y 150 Hz. Este rasgo es distintivo de los gritos humanos y de muchas alarmas artificiales, y se asocia con una sensación de urgencia o peligro.
A diferencia de la intensidad (volumen) del sonido, que puede indicar proximidad, la aspereza comunica de manera inequívoca la relevancia de una señal de alarma, incluso si se emite a bajo volumen. Así, un grito lejano puede resultar más perturbador y captar mejor la atención que una voz neutral cercana.
El experimento: gritos y voces neutras durante el sueño
Para investigar cómo el cerebro procesa estos sonidos durante el sueño, los investigadores expusieron a un grupo de voluntarios a vocalizaciones grabadas —gritos y voces neutras— tanto durante la vigilia como durante una noche completa de sueño.
Todas las grabaciones se ajustaron para que solo difirieran en aspereza y tono, manteniendo el mismo nivel de intensidad y duración. Mientras los participantes dormían, se registró su actividad cerebral mediante electroencefalografía (EEG)1.
Los datos revelaron que los gritos, incluso a baja intensidad, provocaron respuestas cerebrales más consistentes y sincronizadas que las vocalizaciones neutras, tanto en vigilia como durante el sueño NREM (la fase de sueño no REM, donde predomina el sueño profundo).
Específicamente, los gritos aumentaron la coherencia de fase en la banda theta (4–8 Hz), un indicador de que el cerebro procesa de manera más uniforme y rápida estos estímulos. Además, los gritos incrementaron la potencia de las espigas de sueño (sleep spindles), oscilaciones cerebrales asociadas con la protección del sueño frente a interrupciones externas y con la consolidación de la memoria.
Este efecto no se observó con las voces neutras, lo que sugiere que la aspereza, y no otros factores como el tono, es la clave para que el cerebro identifique y priorice sonidos potencialmente amenazantes durante el sueño. De hecho, cuanto mayor era la aspereza del sonido, mayor era la respuesta cerebral en la banda sigma (12–15 Hz), relacionada con las espigas de sueño.
Referencia
Scream’s roughness grants privileged access to the brain during sleep. Guillaume Y. T. Legendre et al. Scientific Reports, volume 15, Article number: 16686 (2025). DOI:https://doi.org/10.1038/s41598-025-01560-8
Mecanismo adaptativo de supervivencia
Estos hallazgos apuntan a que el cerebro humano conserva la capacidad de detectar señales de peligro incluso cuando está “desconectado” del entorno durante el sueño.
Este mecanismo puede haber sido fundamental para la supervivencia de la especie, permitiendo que sonidos como gritos o alarmas despierten o preparen al durmiente para reaccionar ante amenazas, mientras que otros sonidos menos relevantes pueden ser ignorados para preservar la calidad del sueño.
Además, el estudio sugiere que la aspereza actúa como un canal privilegiado de comunicación durante el sueño, capaz de movilizar sistemas atencionales y emocionales del cerebro. Esto explica por qué ciertos sonidos —como el llanto de un bebé, una alarma o incluso ronquidos ásperos— resultan tan perturbadores y pueden alterar el sueño, mientras que otros ruidos más suaves o “suaves” pasan inadvertidos.
Más allá del laboratorio
Los resultados también tienen aplicaciones prácticas. Por ejemplo, en el diseño de alarmas o entornos de descanso, considerar la aspereza acústica puede ser tan importante como el volumen para evitar interrupciones del sueño.
Asimismo, estos descubrimientos abren nuevas vías para entender trastornos del sueño y la sensibilidad a ruidos ambientales, así como para desarrollar estrategias que mejoren la calidad del descanso en contextos ruidosos.
Enlace de origen : Los gritos atraviesan el sueño aunque estemos profundamente dormidos