No hay botellas para tanto vino: “Tuvimos que suplicar a la vidriera un palé para la bodega”

Ángel García envasaba sus vinos de crianza y reserva en una botella pesada, bonita. La llaman “la señorita”, con hombreras y cintura, confeccionada para el servicio cuidado de los ‘maîtres’, pues un camarero es capaz de servir el caldo posando dos dedos en la base de la misma. La falta generalizada de vidrio ha hecho que este propietario de las bodegas Linaje Garsea, ubicada cerca de la Ribera del Duero, haya decidido cambiar la estilosa botella que utilizaba hasta ahora. Este problema acuciante en el que coinciden bodegueros, fabricantes y distribuidores empieza a trastocar la venta del vino, aunque desde la Asociación Nacional de Fabricantes de Envases de Vidrio esperan que sea transitorio.

Karen Davíes, secretaria general de la Asociación, ubica la problemática como consecuencia de los efectos provocados por la pandemia, a lo que se sumaría un pico de demanda. El envase de vidrio está en auge, entre otros motivos porque es posible reciclarlo infinitas veces sin pérdida de calidad ni cantidad y evitando la generación de residuos. Actualmente, más de 8.000 compañías españolas de alimentación emplean envases de vidrio para sus productos, apuntillan desde Anfevi, organización que aglutina al 98% de la producción en España.

Según esta entidad, las 13 fábricas de vidrio distribuidas por el territorio nacional fabrican cerca de 19 millones de botellas y tarros a diario durante un proceso continuo que funciona 24 horas al día, los siete días de la semana en periodos ininterrumpidos de 10 a 15 años, pero la producción no es suficiente para satisfacer la demanda. En este sentido, José Luis Benítez, director general de la Federación Española del Vino (FEV), ilustra la situación: “El otro día, el director técnico de una bodega que tenía preparada una cata para lanzar un nuevo vino al mercado me dijo que literalmente tuvo que suplicar a la vidriera que le desviara un palé de botellas que eran para otra bodega, porque él no tenía ninguna”.

“La falta de material afecta a todas las bodegas por igual, sean grandes o pequeñas”

En el sector vinícola, además, la problemática del vidrio se extiende a todo el material incorporable, como etiquetas, tapones o cartón, apuntan desde la FEV. Según el propio Benítez, “la falta de material afecta a todas las bodegas por igual, sean grandes o pequeñas, aunque una que no envase tanto pueda salir del paso antes”. Por el contrario, las grandes firmas de vinos suelen tener cierta preferencia por parte del proveedor debido a las cantidades que solicitan. “Estamos en un punto en el que da un poco lo mismo, porque si no hay, no hay para nadie“, incide el director general de la Federación.

Sin reservas de emergencia

Así lo corrobora Jorge González, distribuidor de vidrio que recorre la zona de León y El Bierzo para la firma Juvasa. “Desde aquí lo vamos batallando porque tenemos mucho ‘stock’ en el almacén, pero sí que empieza a ser un problema”, confirma. Él mismo explica lo ocurrido: “Pasa lo mismo que en otros muchos sectores. Con la pandemia todo se frenó y muchas fábricas bajaron su producción y han agotado sus reservas de emergencia. Llegó enero y esto arrancó fuerte, y se descontroló la cosa. Si todo el mundo consumiera cuatro o cinco modelos de botella pues a lo mejor no habría este problema, pero es que hay más de 50 estilos“, se explaya el profesional.

Almacén de las botellas de vino en la bodega del Grupo Yllera en la localidad de Rueda. (EFE)Almacén de las botellas de vino en la bodega del Grupo Yllera en la localidad de Rueda. (EFE) Almacén de las botellas de vino en la bodega del Grupo Yllera en la localidad de Rueda. (EFE)

Las consecuencias a esta problemática que se inició en mayo de 2021 no son muy difíciles de atisbar: “Yo lo he vivido con el ladrillo. Cuando hay escasez de material y se vende todo el ‘stock’, el fabricante deja de hacer lo más barato, lo que menos rentabilidad da. Deciden hacer lo que más beneficios les aporta porque siempre podrán decir al cliente que, en este caso, si no quiere esa botella tampoco podrán encontrar otra más barata en el mercado“, en palabras de González.

Este distribuidor también incide en que las vidrieras no dan más de sí y que los pedidos superan con creces las posibilidades de fabricación: “Pensamos que el vidrio lo va a pasar mal hasta junio de 2022, aunque hay gente que se contentaría si solo fuera hasta esa fecha”, declara en relación con esta realidad que no se vivía en el sector desde hace más de un cuarto de siglo.

Mirar fuera de España

García, el propietario de las bodegas Linaje Garsea, ya ha comenzado a sufrir estragos para el embotellamiento: “El problema que tenemos es que no nos sirven lo que queremos y muchas veces nos hacen cambiar de modelo de vidrio porque o no lo tienen en ‘stock’ o no lo fabrican”, agrega. Esta bodega ubicada en Castrillo de la Vega con 52 hectáreas de extensión envasa unas 260.000 botellas cada año, dependiendo de la añada. “Esto no se veía venir, la verdad, me podía imaginar la falta de corcho al proceder de los alcornoques y que en realidad no se está dando, pero tampoco se veía venir la pandemia ni la gran falta de vendimiadores que hemos tenido esta campaña”, desarrolla.

“Esto no se veía venir, la verdad, me podía imaginar la falta de corcho pero no esto”

El incremento del precio de la luz y el gasoil, la falta de recogedores de la uva y la situación también perjudicial en relación con el transporte conforman la tormenta perfecta para que “tan solo queden las bodegas grandes, las que vendimian con máquinas, que priman la cantidad a la calidad“, tal y como prosigue García. Así retoma la falta de vidrio: “Habrá que salir fuera de España para conseguirlo, aunque esto esté ocurriendo a nivel mundial. Pese a que la importación nos carga el precio, al menos así nos aseguraríamos de que podemos seguir elaborando nuestros productos”.

De hecho, él ya ha empezado a hablar con la mayor vidriera de Portugal para llevar a cabo el mejor contrato posible. Su experiencia atestigua que nunca se había dado una falta tan acuciante de este material: “Hace unos años rara era la semana que no se acercara un comercial de alguna fábrica de vidrio para intentar convencerle de las bondades de su material. Ahora es que no viene nadie“, comenta.

Un trabajador de bodegas Viña Zorzal, de la localidad navarra de Corella. (EFE)Un trabajador de bodegas Viña Zorzal, de la localidad navarra de Corella. (EFE) Un trabajador de bodegas Viña Zorzal, de la localidad navarra de Corella. (EFE)

Davíes, por parte de Anfevi, concretiza lo sucedido en las bodegas: “El hecho de que se encontraran en la necesidad de reiniciar su actividad de embotellado al mismo tiempo que la activación del turismo, la vuelta a la exportación y la reapertura del sector HORECA (hoteles, restaurantes y cafeterías) e incluso a niveles superiores a los habituales ha hecho que actualmente nos encontremos en una situación excepcional de pico de demanda de botellas de vino, cuando en situaciones normales la industria vidriera atendería una demanda de botellas de vino más ordenada”. Ella misma referencia algunos datos publicados por el Observatorio Español del Mercado del Vino para dar cuenta de la situación actual: “Las exportaciones de vinos envasados han crecido un 21,4% en el primer semestre del año respecto al año pasado. Prácticamente, una de cada dos botellas de vino envasadas en España se exporta. A eso se une un mayor dinamismo del mercado interior después del covid que lleva creciendo desde marzo a un ritmo superior al 5%”.

Fuerte incremento del precio

Juan Alonso fue algo previsor. Este propietario de las Bodegas Alonso Cuesta, ubicadas en La Torre de Esteben Hambrán, con la denominación de origen Méntrida-Toledo y que entre tintos y blancos producen unas 60.000 botellas al año, expresa que “hay que solicitar el vidrio con muchísimo tiempo de antelación“. Según comenta, hace meses que les avisaron de lo que podría llegar a ocurrir, así que por suerte para ellos el distribuidor que les atiende, del que son clientes desde hace muchos años, les reservó el material que solicitaron. “Antes hacíamos los pedidos con dos meses de antelación y ahora los tenemos que hacer hasta con cuatro, lo que no debería suponer mucho para la bodega, siempre y cuando consiga las botellas, claro”, desarrolla.

“Antes hacíamos los pedidos con dos meses de antelación y ahora los tenemos que hacer hasta con cuatro meses”

Él es parte de la sexta generación que se hace cargo de esta bodega familiar de Toledo y expresa que nunca antes el vidrio había subido tanto de precio, ni tan rápido: “En los últimos tres meses, el coste ha podido incrementarse un 10%, y eso no es lo peor. Para los que exportamos, los fletes, los contenedores de los barcos, han pasado de costarnos unos 2.500 euros a 14.000. Eso puede suponer una subida de 50 céntimos por botella que por ahora lo asumimos entre el importador y nosotros, pero no sabemos hasta cuándo podremos hacerlo”.

Una solución europea

De todas formas, el vidrio es uno de los materiales que más y mejor se puede reciclar. En España, Ecovidrio es la entidad encargada de realizarlo. “Todos los envases que tiramos al contenedor verde se acaban reciclando y adquiriendo por parte de las vidrieras, muy interesadas en el material porque les ahorra consumo de energía y emisiones, por eso reciclar sirve para cuidar el medio ambiente”, afirma Beatriz Egido, responsable de comunicación de la organización.

Este proceso no paró durante el confinamiento, sino que se aceleró: “Las vidrieras suelen estar muy cerca de nuestras plantas de tratamiento y compran todo lo que reciclamos, 900.000 toneladas el año pasado”, determina.

Botellas de vidrio usadas. (EFE)Botellas de vidrio usadas. (EFE) Botellas de vidrio usadas. (EFE)

Alonso, por su parte, afirma que está ocurriendo lo peor que puede pasar, “que exista incertidumbre y dudas en una economía de mercado”. Consciente de ello, Benítez, el director general de la FEV, ya se ha puesto en contacto con el Gobierno para que a su vez expresen sus demandas en Bruselas: “Somos un sector netamente exportador que es una hormiguita comparado con otros, pero muy importantes en España. Esto no es un problema aislado en nuestro país, así que esperamos que se pueda encontrar alguna solución desde Europa, aunque por el momento no hemos tenido una respuesta muy positiva“, concluye.

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