Pese al Brexit y pandemia, UK augura un 2022 triunfal (al menos, según sus presupuestos)

Una de las cosas que más puede molestar a Boris Johnson es ver cómo uno de sus ministros es más popular en los sondeos de opinión. En este sentido, tiene sus más y sus menos con Rishi Sunak. El titular del Tesoro, de 41 años, es uno de los políticos mejor valorados, tanto para los votantes laboristas como los conservadores.

De origen indio, tiene modales exquisitos, elegancia —tanto en traje como con en ropa de ‘sport’—, control absoluto de Instagram —donde se labra una cuidada marca personal— y muchos le ven como el futuro líder de la formación ‘tory’. Aunque su popularidad también se basa en el hecho de que, durante la pandemia, no ha hecho otra cosa que inyectar dinero a la economía para afrontar una crisis sanitaria sin precedentes: ayudas a los ERTE, ayudas a comedores de colegios, ayudas a negocios, ayudas a familias sin recursos…

Con la llegada del otoño, las ayudas no se han vuelto a renovar. Mr. Moneypenny se estaba transformando en Dr. No. Con una deuda acumulada que equivale ya al 95,5% del PIB, el nivel más alto desde marzo de 1963, Sunak había advertido que seguir con este ritmo “no solo sería erróneo, sino también inmoral”.

Sin embargo, este miércoles, al presentar los presupuestos generales del Estado, el ‘chancellor’ ha anunciado un enorme aumento en el gasto público, dando a cada departamento de Whitehall un impulso en términos reales.

Y ese aumento del gasto en un Gobierno conservador se entiende en que las perspectivas económicas que manejan para Reino Unido —en su día el país europeo con más muertos por covid— son mucho mejores de lo esperado y los daños causados por el coronavirus han sido más leves de lo que se temía. Pese a los problemas actuales ante la escasez de mano de obra (que obligaron incluso a sacar al Ejército para rellenar suministros de gasolineras) y la crisis energética global, la Oficina de Responsabilidad Presupuestaria (OBR, en sus siglas en inglés), que analiza las finanzas públicas, espera que “la recuperación sea más rápida” de lo estimado hace seis meses y que para finales de año la economía del país vuelva a los niveles prepandémicos.

Celia Maza. Londres

En marzo, cuando el país todavía vivía inmerso en el confinamiento, los pronósticos apuntaban a un crecimiento económico del 4% en 2021. Ahora, sin embargo, la OBR vaticina un crecimiento del 6,5%, es decir, prácticamente un 50% más de lo esperado y uno de los mayores jamás vistos en el país desde el final de la Segunda Guerra Mundial. Se espera también un alza del 6% para 2022, para ralentizarse después a crecimientos de un 2,1% en 2023, un 1,3% en 2024 y un 1,6% en 2025.

Con estas perspectivas en la mano, Sunak ha apostado por subir el salario mínimo (de 10,50 libras por hora a 11,27), destinar más de 8.000 millones de euros a infraestructuras de transporte para el norte de Inglaterra (donde lo ‘tories’ arrebataron en los últimos comicios a la oposición distritos que los laboristas tenían desde la II Guerra Mundial), descongelar el sueldo a los funcionarios y permitir que aquellos sin recursos puedan mantener más ayudas cuando encuentren trabajo.

En total serán 162 mil millones de euros los que destine el Gobierno hasta el final de la actual legislatura, lo que en términos reales supone un incremento de 3,8% al año para cada ministerio. “Se trata del mayor aumento de gasto de este siglo”, recalcó.

El gasto del thatcherista

Es una frase que no cuadra demasiado para un hombre que se declara thatcherista convencido. Los presupuestos, además, siguen a dos importantes subidas de impuestos ya anunciadas en los últimos meses: el de sociedades pasa del 19% al 25% y en las cotizaciones a la Seguridad Social habrá incremento de un 1,5%. Eso sí, este miércoles se ha intentado dulcificar con bajadas de impuestos populares para hostelería y las bebidas con poca graduación como las pintas de cerveza y sidra.

En su intervención en los Comunes, Sunak ha reiterado su creencia en un Reino Unido donde los impuestos deben ser más bajos y el Estado más pequeño. El ‘chancellor’ difícilmente podría haber sido más claro: tiene la intención de bajar los impuestos antes de las próximas elecciones generales. Calcula que los préstamos que tome el Estado bajen, en porcentaje del PIB, y se sitúen en el 7,9% este año, el 3,3% en 2022, el 2,4% en 2023 y el 1,7% en 2024.

Celia Maza. Londres

Sunak sentía de alguna manera la necesidad de brindar a sus colegas cierta seguridad de que el espíritu de la Dama de Hierro estaba vivo y coleando en el Partido Conservador. No obstante, eso no calma a las filas. Los impuestos como porcentaje respecto al PIB son los más altos desde la década de 1960, mientras que el gasto ha vuelto a los niveles vistos por última vez a fines de la década de 1970.

El hecho de que las previsiones de crecimiento económico sean más optimistas, los niveles de desempleo menores (5,2% en 2022) y la estimación del daño a largo plazo a la economía causado por la pandemia menos doloroso da más margen de maniobra a Sunak. Pero, en términos políticos, los presupuestos tienen más tinte laborista que conservador. Y eso no agrada a las bancadas ‘tories’.

Nada de verde a horas de la COP26

Muchos se sorprendieron, además, tras el anuncio de una nueva tasa impositiva más baja para los vuelos dentro del Reino Unido frente a un aumento en el costo de los vuelos de larga distancia, el único guiño que el ‘chancellor’ ha tenido con la política ecológica, cuando apenas faltan cuatro días para que Boris Johnson se convierta en el anfitrión de la Cumbre del Clima de la ONU en Glasgow.

No obstante, la mayor preocupación que existe ante el discurso del ministro del Tesoro es por la tasa de inflación en el Reino Unido. En septiembre alcanzó el 3,1% y, según la OBR, podría alcanzar un 4% en 2022, después de años de poco o ningún crecimiento en los precios.

Carlos Barragán. Múnich

La reciente escasez de suministros y la crisis energética han provocado una burbuja en el costo de los bienes y servicios, dijo Sunak, y el precio mayorista mundial del petróleo, el carbón y el gas se duplicó en los últimos 12 meses previos a septiembre.

En este sentido, para muchos diputados conservadores, el presupuesto simplemente no es apropiado para el contexto actual. ¿Qué puede salir mal? Aparte de una nueva ola de pandemia (según el propio Gobierno, los casos podrían llegar a los 100.000 diarios en las próximas semanas), el riesgo es que la economía se desacelere y la inflación repunte: ‘estanflación’.

Hasta ahora, Sunak había sido como ese Pepito Grillo que ata en corto a un primer ministro que está gastando como si no hubiera un mañana. Es cierto que los impuestos están recaudando sumas importantes, pero no ha sido el presupuesto para alguien que dice querer un Estado pequeño ni tampoco el esperado para un Gobierno conservador. Aunque lo de apropiarse de medidas que pudieran tener un sello más de la oposición es una táctica que particularmente a Boris Johnson le está funcionando bastante bien en las urnas.

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