Rocambolesca situación la que se está viviendo en una comunidad de propietarios de Vigo a causa de unas filtraciones en un bajo comercial. Las sospechas apuntan al piso que está justo encima, pero como la inquilina rechaza la entrada de los técnicos, no hay forma de cerciorarse de ello ni de afrontar la reparación. Y de momentos los tribunales van dando la razón a la decisión de la arrendataria.
El caso se judicializó ante la imposibilidad de los trabajadores contratados por la comunidad en entrar en la vivienda. Mientras el procedimiento, iniciado el año pasado, sigue su curso, desde la parte de los propietarios se reclamó como medida cautelar el acceso a la vivienda para poder detectar el origen de la filtración. Sin embargo, el Juzgado de Primera Instancia nº 14 rechazó esa posibilidad, al considerar que se pretendía adelantar la sentencia.
En otro auto del mes de abril, la Sección Sexta de la Audiencia Provincial, con sede en Vigo, valida esa resolución. «No solo se pide la localización de la avería o actuaciones preventivas, sino también su reparación definitiva», concluyen los magistrados, que creen que en una medida cautelar no se puede determinar que el arreglo que se pretende ejecutar sea «el adecuado y más conveniente». Esto es, será la sentencia la que dictamine al respecto.
¿Quién debe autorizar el acesso?

Trabajos en la fachada de un edificio / Rafa Vázquez
En el caso hay versiones contradictorias sobre quién es el responsable último del rechazo a dejar entrar en el piso. Según la comunidad de propietarios, el dueño de la vivienda no se opone, pero sí lo hace la inquilina, a la que achacan «mala fe», y recuerdan que ninguno de los demás vecinos se niegan a las comprobaciones precisas.
La representación de los vecinos considera que está probado pericialmente que la avería está en la bajante general a la altura de ese piso, el inmediato al punto de las filtraciones, y recuerdan que los usuarios del bajo comercial le está instando a solucionar el problema.
La inquilina, sin embargo, asegura que ella no es quién para autorizar que se actúe sobre una vivienda que no es suya. La mujer añade que el propietario no le ha dado consentimiento y ha guardado silencio al respecto, pese a haberle hecho un requerimiento por burofax. De acceder su casero, ella «no formularía oposición alguna».
Los magistrados, «parcialmente», le dan la razón a la inquilina también en que también debía ser demandado el propietario del piso, «porque se pretendía la ejecución de una obra cuya entidad final se desconoce». Eso sí, recalcan que, como arrendataria de la vivienda, es la única que puede autorizar la entrada en el domicilio.
Enlace de origen : Una inquilina niega la entrada a los técnicos de una comunidad de Vigo por una filtración y el juez le da la razón