Cisma negacionista tras la conversión del gran profeta anticovid: “Seguiré la ciencia”

Al gran profeta antivacunas italiano, Lorenzo Damiano, la fe negacionista se le esfumó en una cama de la UCI, con un tubo en la garganta y la certeza de haber tenido su vida pendiendo de un hilo. Un hilo que sujetaba uno de esos sanitarios a los que él se había cansado de llamar estafadores. “Seguiré la ciencia. Me vacunaré. Vacunaos todos”, dijo nada más salir del hospital a principios de diciembre uno de los líderes ‘antivax’ más radicales y activos de Italia. No hace tanto, el pasado 29 de septiembre, ese mismo hombre encabezaba la jornada ‘Cruzada del Rosario por la liberación del mundo de la tiranía sanitaria’. Aquellos eran tiempos en lo que Damiano miraba a la cámara, levantaba el dedo y anunciaba: “El covid es una gran manipulación”. Y así lo mantuvo, siempre, con vehemencia… hasta que le tocó a él.

No ha sido el único ejemplo mediático de reconvertidos del covid. El médico Pasquale Maria Bacco, quien sostenía que “la vacuna contiene agua de cañerías” e iba a las plazas a manifestarse con los antivacunas, es otro de los ‘antivax’ que han dado un paso atrás. Dice que hacerlo público no ha sido fácil: “Estoy recibiendo amenazas de muerte. Entre los antivacunas hay personas peligrosas que me amenazan”, declaró el doctor, suspendido de ejercer la medicina por no vacunarse.

El motivo de su radical giro, según ha declarado Bacco a los medios locales, ha sido que “he visto a un joven de 29 años al final de la vida por el covid. Por sus familiares he sabido que era un seguidor mío, compartía mis pensamientos y mis luchas. Me sentí culpable, sentí que yo tenía responsabilidad en ese asunto. Debemos dialogar. Vacunas y terapias pueden andar juntas. Hasta ahora, los ‘no vax’ creen que cada muerte es porque se han vacunado y los ‘sí vax’ creen que cada muerte es por no hacerlo. Así no va bien y la confrontación es inevitable”, ha dicho el médico converso.

Javier Brandoli. Roma

Pero no todos han tenido una epifanía científica. Hay pacientes en terapia intensiva, con el oxígeno en la boca, que sostienen su decisión de no vacunarse. El programa de televisión ‘Piazza Pulita’ emitió en noviembre el llamativo testimonio de un paciente, Roberto, entrevistado en la misma cama de un centro sanitario con un tubo respiratorio en la garganta. “Inicialmente, me curaba con homeopatía, usaba las sales de Schüssler y después los clásicos productos homeopáticos tipo Ruta, Belladonna, Apis”, explica con dificultad para hablar. ¿No has pensado en vacunarte?, le preguntan.

“Sabemos todos que esta es una vacuna experimental hasta el 2023. La cosa no me convence también porque el Estado no se responsabiliza. Te hacen firmar una declaración en la que tú asumes toda la responsabilidad de algo que no conoces. Es una aventura. Tengo tres hijos, no puedo permitirme el lujo de enfermar por una vacuna”, dice un hombre intubado y que manifiesta haber sido piloto del Ejército. “Estoy sereno. La muerte no me da ningún miedo. No es que quiera morir, pero no tengo miedo”. ¿Irá a vacunarse cuando salga del hospital?: “No creo, tengo una responsabilidad sobre mis hijos y mujer”.

Me he caído del caballo

Otros, como el mencionado Luciano Damiano, sí cambiaron de idea al ver su vida en riesgo. “He tenido mucho miedo. Era consciente de lo que me sucedía y temía que podía ir mucho peor”, reconoció en una entrevista a ‘Il Messaggero’. El ‘todólogo’ ultracristiano se presentó recientemente como candidato a la alcaldía de Conegliano, pueblo de la provincia de Treviso, con la rimbombante lista Núremberg 2. Su programa electoral era acabar enjuiciando, como pasara con los nazis en el histórico proceso de Núremberg, a médicos, periodistas y políticos por su “manipulación y mentiras” sobre la pandemia del covid-19.

—Usted ha cambiado radicalmente su visión sobre la ciencia y la vacuna. ¿Qué ha pasado?

—Lo definiré como una caída del caballo. Recibí un gran golpe y he abierto los ojos.

Miguel Núñez

La conversión de Damiano ha dejado a sus acólitos con una sensación de orfandad y traición amarga. El político, que pertenecía al entorno de la extrema derecha de Forza Nova y que obtuvo un no muy alentador 3% (412 votos) en las elecciones de Conegliano del pasado octubre, es considerado ahora una oveja errante.

“Apoyamos la candidatura de Lorenzo Damiano en las últimas elecciones municipales de Conegliano. Pero ahora, personalmente y como representante de Ancora Italia, nos desvinculamos totalmente de sus recientes declaraciones. Seguimos siendo partidarios de la libertad de elección frente a cualquier deriva autoritaria, en el pleno respeto de la persona humana y de todos aquellos médicos que tratan con ciencia y conciencia”, ha declarado Devis Bonaldo, presidente de la asociación soberanista Ancora Italia que respaldó el pasado octubre su candidatura.

“Las declaraciones de Lorenzo Damiano son personales y expresan su sentimiento, obviamente distante del nuestro. Personalmente, creo que se debe insistir enérgicamente en la necesidad de practicar las terapias médicas domiciliarias. He visto el covid cerca y ciertamente no soy una negacionista. Una persona en la familia dio positivo y enfermó de gravedad. En el curso del tratamiento, estuvo acompañada siempre por un médico competente y profesional, que trabajó en ciencia y conciencia y en total caridad. Gracias a Dios, se curó en 10 días”, declaró por su parte Gloria Callarelli, brazo derecho de Damiano en los proyectos Núremberg 2 y Pescatori di Pace (Pescadores de la Paz), otra sus iniciativas.

Julio Martín Alarcón

Ultrapopurrí

Y es que en la ideología de Damiano se mezclaban componentes de los movimientos ‘antivax’ italianos que han acabado vinculados con la extrema derecha. Desde sus páginas web de Nuremberg 2 y Pescatori di Pace —cuyas actividades están paralizadas tras el súbito giro del ‘profeta’—, el político y exactivista antivacunas pregonaba una mezcla de mensajes antivacunas y un ultracristianismo con todo tipo de propuestas ultraconservadoras, como la prohibición de los matrimonios homosexuales, el aborto, la eutanasia y la no adopción de niños por parejas promiscuas. Pero también la prohibición de la energía nuclear, la especulación financiera y las guerras. Según el organigrama, Damiano era el presidente de todos esos a los que de alguna manera ahora, con su conversión, ha traicionado.

Y, mientras, Italia vive una deriva pandémica parecida a la de la mayor parte de Europa. Crecen los contagios a gran velocidad, hay temor a que las fiestas supongan un multiplicador de casos y el Gobierno central y los gobiernos regionales se preparan para evitar que los servicios sanitarios de urgencia puedan colapsar. Hasta ahora, no ha ocurrido y se sigue lejos de los peores números de fallecidos e ingresos en hospitales de las anteriores oleadas, pero se están tomando ya precauciones ante el crecimiento de ambos.

“Las nuevas medidas aún no están decididas. Vamos a esperar a ver cómo son los datos de la variante ómicron”, ha dicho el primer ministro Mario Draghi. Este es el plan de Roma, esperar la evolución de una semana para decidir si se añaden más medidas a la ya tomada unilateralmente, lo que levantó algunas ampollas dentro de la UE, de presentar un test negativo para entrar en Italia, estés o no vacunado.

Darío Ojeda

Italia sigue siendo un modelo europeo en gestión de la vacunación. El nuevo canciller alemán, Olaf Scholz, ha calificado la vacunación italiana “como ejemplo luminoso”. El país tiene en este momento un 85% de la población mayor de 12 años con dos dosis de la vacuna, cifra que llega al 89% si se añade a los contagiados y una vez vacunados.

La apuesta, en todo caso, sigue siendo la de alentar la vacunación con medidas coercitivas que el Gobierno estudia incrementar. Sobre la mesa, ante un auge significativo de ingresos hospitalarios, está la total prohibición de que los no vacunados puedan ir a los centros de trabajo aunque presenten un test negativo. No parece que eso esté funcionado para convencer a los negacionistas. Los sondeos dicen que entre los no vacunados crece la resistencia a hacerlo. Según la empresa Ipsos, un 36% de no vacunados asegura que no lo hará, lo que supone una subida de 12 puntos respecto al mes anterior y otro 36% se muestra indeciso. Solo un 14% de los no vacunados manifiesta que se inoculará pronto.

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